Un grupo de presos se amotinaron el lunes en una cárcel del noroeste de Siria, tras el terremoto que también afectó a Turquía, y al menos 20 escaparon del centro que alberga principalmente a miembros del grupo yihadista Estado Islámico (EI), dijo una fuente del penal.
La prisión de la policía militar en la localidad de Rajo, cerca de la frontera con Turquía, tiene unos 2 000 internos, de los cuales 1 300 son sospechosos de integrar el EI.
«Después del terremoto, Rajo fue afectada y los presos comenzaron a amotinarse y tomaron control de partes de la prisión», dijo el funcionario de la cárcel, controlada por facciones proturcas.
«Unos 20 prisioneros huyeron (…), se cree que son militantes del EI», agregó.
El sismo de magnitud 7.8, seguido por decenas de réplicas, causó daños en la cárcel, con rajaduras en los muros y puertas, indicó la fuente.
Al menos 1 444 personas murieron el lunes en Siria tras el devastador terremoto con epicentro en el suroeste de Turquía, según el gobierno y rescatistas.
En las áreas bajo control rebelde del noroeste, al menos 733 personas murieron y más de 2 100 resultaron heridas, según el grupo de rescate Cascos Blancos.
El incidente en Rajo se da tras un ataque de EI en diciembre a un complejo de seguridad en Raqa, donde lograron liberar a varios yihadistas de una cárcel del sitio.
Seis miembros de las fuerzas de seguridad bajo mando kurdo, que controlan la zona, murieron en el asalto.
El conflicto en Siria comenzó en 2011 tras la brutal represión de protestas pacíficas y escaló con la participación de potencias extranjeras y yihadistas internacionales.
Cerca de medio millón de personas han muerto y el conflicto forzó a cerca de la mitad de la población del país a huir de sus casas, muchos de los cuales se refugiaron en Turquía.