La espectacular demolición de 15 bloques de apartamentos sin terminar en apenas 45 segundos en la ciudad suroccidental de Kunming (China) muestra el último reflejo de los problemas del mercado inmobiliario en la segunda mayor economía del planeta. Los edificios solo contaban con el esqueleto de hormigón desde 2013, tras la suspensión de pagos del constructor, y pese a los esfuerzos por concluirlos, las autoridades finalmente han decidido demoleros al detectar fallos estructurales.
Los edificios, de unas 20 plantas, formaban parte del complejo Sunshine City II, y empezaron a levantarse en 2011. Según los medios locales había creado una cicatriz urbana en la ciudad de Kunming, de más de seis millones de habitantes, situada en la provincia de Yunnan, después de que solo dos años después la constructora, Kunming Xifang, entrara en concurso de acreedores.
El Ayuntamiento de la ciudad trató de reanudar las obras, que incluía además de las viviendas, zonas comerciales y oficinas. El proyecto ocupa unas 130 hectáreas, pero finalmente detectaron daños estructurales tras tantos años de abandono y falta de conservación que han decidido derribarlos con más de 85.000 explosivos.