Editorial Caligrama tiene el inmenso placer de anunciar la salida al mercado de una primorosa novela, escrita con mirada larga, que da el pistoletazo de salida a una prometedora saga.
No resulta nada frecuente que en el mercado literario, actualmente atiborrado de constantes novedades, surja una obra de un autor no conocido por el gran público que sea capaz de llamar la atención de la crítica especializada. Tal es el feliz caso de Griseland. El origen, una novela por la que han de felicitarse todos los amantes de lo que se ha dado en llamar la Gran Literatura, esa que se edifica con obras que proponen un nivel de lectura a varias graduaciones, que pueden ofrecer hondura y placer a edades tempranas y adultas. Es esa rara especie de libros que suelen ser revisitados en diferentes momentos de la vida. Editorial Caligrama, siempre atenta a la emergencia de nuevo talentos, no ha dudado en apostar por esta novela de narrativa fantástica que llega para, nada más y nada menos, hacer felices a sus muchísimos potenciales lectores. Ahí es nada.
Tal y como el propio autor —Terri Higtwort se llama, es importante no olvidar ese nombre— señala, los lectores no se encuentran ante la típica historia romántica y almibarada, sino ante una que presenta «terribles realidades, dolorosas verdades y duros golpes que intenté enfrentar lo mejor que pude». En palabras de su protagonista femenina, un personaje con trazas de convertirse en icónico y memorable: «Mi vida y mi mundo cambiaron por la locura de un hombre, pasé de ser una noble a mede, luego a una esclava en los denigrantes fosos de Orionset, donde, en medio de las más horrendas injusticias y abominables atrocidades, me vi obligada a levantarme de entre mis propias cenizas para convertirme en lo que estaba destinada a ser». El camino del héroe, heroína en este caso, al homérico modo está trazado. Es una aventura con todas sus letras, cincelada con una mirada larga y que se construye como si de un festín literario se tratase.
Sin entrar en ningún tipo de innecesario destripamiento, no está de más echar un ojo al arranque de su florida trama para paladear el sobresaliente nivel de su prosa y su ágil ritmo narrativo: «La Mede abrió la puerta, pasé y, antes de dejarla siquiera intentar poner un pie dentro del cuarto, le dije gracias y se la cerré en las narices. Con dificultad caminé hasta la cama, me detuve en pie sosteniéndome por uno de los pilares de madera, sentía que me desvanecía, necesitaba aire. Logré llegar a la ventana, respiré profundo un par de veces hasta que se me pasó el mareo e inmediatamente mi mente empezó a repasar una y otra vez lo que había pasado. Todavía no podía asimilarlo. Levanté la vista al horizonte, el sol estaba cayendo, pronto la luz desaparecería y la oscuridad se abriría paso. “La oscuridad” me dije, me gustara o no, esto era, aunque una parte de mí se negaba a aceptarlo; no quería, no podía, no debía».
La buena noticia, una más, es que esta obra es la primera entrega de lo que, a buen seguro, se convertirá en una saga con capacidad de expansión y de atracción de una legión de lectores amantes de las emociones fuertes y de las andanzas y peripecias más ilustres.
El autor
Terri Higtwort es un joven narrador que desde muy temprana edad viene demostrando sus habilidades para la escritura. A los ocho años escribió para el periódico de su escuela y a los doce años fue autor de un guion de teatro. En la universidad incursionó en el género de comedia terrorífica, escribiendo cuentos de leyendas de pueblos, con los que ganó sus primeros premios, gracias a su originalidad. Un año después, su amor por la literatura medieval le llevó a escribir su primera serie de fantasía medieval, titulada Griseland, donde dio rienda suelta a su imaginación creando un mundo de fantasía que sirve de crítica a los sistemas sociales, situaciones ridículas y las repercusiones psicológicas en sus personajes. Posteriormente, su gusto por la novela policíaca, junto con sus conocimientos de medicina, lo inspiraron a escribir Ángeles negros, una novela detectivesca basada en hechos reales e impregnada de mucho humor, romance e intriga. Gracias a esta obra recibe un par de críticas por su escritura de apariencia informal. Su respuesta a los halagos es: «No me considero escritor, solo una persona con una gran imaginación».
Editorial Caligrama
Caligrama es un sello editorial que pertenece al Grupo Lantia, uno de los grupos editoriales más relevantes del panorama español. Desde Caligrama ayudan a los autores a editar, publicar y distribuir su obra a nivel global, en papel y en España cuentan con la mayor red de distribución a librerías del país. Su misión es potenciar y destacar el talento de nuevos autores con calidad literaria y potencial comercial con el sello Talento Caligrama en su cubierta. Cada año celebran los Premios Caligrama, en los que las obras ganadoras en las categorías Talento y Best-Seller pasan a publicar en un sello tradicional. Caligrama es un territorio universal, vasto, colorido y de espíritu libre, que tiende puentes entre la autoedición y la edición tradicional de contenidos muy diversos bajo un mismo sello que incluye novelas, poesías, ensayos y obras experimentales.
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