El universo en sí no tiene un aroma perceptible para los humanos, pero las decenas de astronautas que van al espacio han descrito una especie de olor en el espacio: se asemeja al del metal quemado.
Pero ello deja una pregunta: ¿Cómo es posible que exista un olor en el espacio si no hay gases o aire que emita el aroma? Por ello, la ciencia ha intentado explicar el proceso para darle sentido.
El principal va por el traje de los astronautas. En el espacio, el oxígeno es atómico (está compuesto por un solo átomo), mientras que en la Tierra el oxígeno es diatómico (O2). Los trajes de los astronautas están contaminados con dichas partículas, las cuales entran en contacto en las naves como la Estación Espacial Internacional, provocando una reacción de formación de ozono (O3) que emite este olor a quemado.
Las estrellas a punto de morir pueden generar el hidrocarburo aromático policíclico (PAH), el cual puede expandirse por el universo y llegar a las narices de los astronautas.
Según el astronauta Tim Peake, «ese misterioso aroma es tema de fraternal debate entre los astronautas. Se ha comparado con un bistec a la parrilla, metal caliente, humos de soldadura y olor a barbacoa, por nombrar algunas opciones».
Incluso en la Tierra, se ha creado un perfume que busca representar este olor quemado, pero con toques dulces: el Eau de Space. ¿Su precio? Solo 29 dólares.