La Audiencia de Múnich (Alemania) ha iniciado el juicio contra un electricista de 66 años, acusado de haber practicado ocho castraciones aparentemente consentidas, una de las cuales acabó en la muerte de uno de los hombres a los que se le practicó.
Tras la lectura de los cargos, el acusado admitió haber haber castrado a los hombres, a los que había conocido en chats de internet y que accedían voluntariamente a dicha práctica. Sin embargo, rechazó la acusación de la muerte de una de ellos, ocurrida días después de serle extirpados los genitales, en marzo de 2020.
Según su declaración, el electricista se introdujo en los canales sadomasoquistas de internet para ofrecer sus servicios y paliar sus necesidades económicas.
Con el tiempo extendió sus prácticas a la castración y conoció a una serie de hombres dispuestos a pagar para que se les extirparan los genitales.
Llegó a practicar una amputación parcial de pene, pero unos de sus clientes empeoró rápidamente tras la operación y murió unos días después.
La acusación de asesinato por omisión de auxilio se fundamenta en que este hombre falleció estando aún al cuidado del procesado, que no trató de buscar atención sanitaria pese a no tener ninguna formación médica.
El cadáver de su víctima fue hallado tres semanas después, tras lo cuál se abrieron investigaciones y se revelaron los casos anteriores de castración presuntamente consentida.
La sentencia está prevista para finales de noviembre.