La filósofa Adela Cortina, creadora del término ‘aporofobia’ (odio a los pobres) ha pedido «erradicar la gerontofobia (odio a los ancianos) y el edadismo (discriminación a mayores por razón de su edad)», que han surgido en la sociedad con más fuerza durante la pandemia, porque es «inmoral y poco inteligente».
«Sugiero erradicar la gerontofobia y el edadismo, porque son inmorales y porque son poco inteligentes, por no decir algo más insultante», ha advertido Cortina este miércoles 16 de diciembre durante su intervención en el Seminario Académico 2020 sobre Envejecimiento y COVID19 organizado por Deusto Business School y Fundación MAPFRE, a través del nuevo Centro de Investigación Ageingnomics.
Durante su ponencia, titulada ‘Ética del envejecimiento en tiempos de pandemia’, Adela Cortina ha recordado que, aunque la gerontofobia no se ha aprobado para incluirse como agravante en el Código Penal –como sí ha conseguido la aporofobia–, «solo el hecho de que se planteara quiere decir que hay algo discriminatorio contra los ancianos».
«Eso es una patología social, una lacra, es imposible que una sociedad medianamente digna discrimine a gente porque a los supremacistas les parece repelente por una característica», ha avisado.
Entre los motivos por los que este tema de la gerontofobia y el edadismo ha salido «con más fuerza» a raíz de la pandemia de la Covid-19, Cortina ha apuntado: la división de horarios para salir a la calle por grupo de edad durante la desescalada, pues «a la gente le quedó la idea de que no tiene que haber relación entre grupos de edad», o la no derivación a hospitales de los mayores en los peores momentos de la pandemia.
LAS PERSONAS NO TIENEN PRECIO
Frente a estas dos situaciones, la filósofa ha aconsejado, por una parte, «que los grupos de edad se unan cada vez más y realicen actividades juntos para aprender unos de otros» y, por otra, «recabar todos los medios posibles» para que si llega otra pandemia «nadie quede fuera» porque «todos los seres humanos tienen dignidad, no un simple precio».
En caso de que llegue a darse el caso de que los recursos no alcancen y haya que hacer un triaje, Cortina ha recomendado no generalizar sino «analizar caso por caso» y no tomar un solo elemento, como la edad o la capacidad funcional, para excluir a un grupo de personas.
Por otra parte, Cortina ha criticado a los «maltusianos» que han sentido un «cierto respiro» al ver que la Covid afectaba más a los ancianos y «dicen que mejorará la demografía, que será posible pagar las pensiones y desaparecerá la que entienden como una población improductiva».
La filósofa ha rebatido estos argumentos asegurando que «los ancianos no son improductivos» aunque solo sea porque «siguen consumiendo», sobre todo, una buena «cantidad de fármacos». «¿Qué sería de la industria farmacéutica?, ha planteado.
También ha añadido que son «un potencial maravilloso para atender a los nietos», hasta el punto de que hay países, según ha dicho, donde se desgrava a los abuelos que atienden a los nietos.
CONTRA LOS TRANSHUMANISTAS
Sobre el transhumanismo, Adela Cortina ha indicado que los transhumanistas no le «caen simpáticos» porque considera que «decir que se va a acabar con la vejez y la muerte es un dislate». «No hace ninguna falta decir ese tipo de patrañas para que a uno le financien los proyectos», ha criticado.
En definitiva, Cortina ha concluido que la gerontofobia y el edadismo son «absolutamente perniciosos y poco inteligentes» porque «hay que emplear todas las fuerzas» de todo el mundo «hasta el final» e incluso en el caso de que la persona sea dependiente o tenga alguna demencia como el Alzheimer, ha defendido que una sociedad «digna» no puede «abandonarlos» sino que debe «estar con ellos hasta el final».