Una nueva problemática está emergiendo con fuerza en el ámbito del arrendamiento urbano: la cesión no consentida del contrato de alquiler, una práctica que, en muchos casos, termina derivando en situaciones de inquiokupación. Este fenómeno, cada vez más frecuente, ha comenzado a generar un notable incremento en los conflictos legales entre arrendadores y arrendatarios. Desde AJM Abogados, despacho con más de dos décadas de experiencia jurídica, se advierte del crecimiento silencioso de este tipo de casos que afecta directamente a propietarios bienintencionados.
En un intento por ayudar a familiares o amigos, muchos titulares de contratos de arrendamiento están optando por alquilar inmuebles a su nombre para que sean utilizados por terceros. Aunque esta práctica puede parecer inocente, en realidad constituye una cesión del contrato no autorizada, que puede generar importantes complicaciones legales si el verdadero ocupante de la vivienda incumple sus obligaciones.
La deuda recae en el titular del contrato, aunque no ocupe la vivienda
El conflicto se intensifica cuando el ocupante real del inmueble deja de abonar la renta, trasladando la responsabilidad al titular del contrato, quien legalmente continúa siendo el obligado al pago. Esta situación deja a muchas personas atrapadas en una deuda creciente por haber querido hacer un favor. El problema se agrava debido a la duración de los procedimientos judiciales tradicionales, lo que provoca que la deuda se dispare mientras el propietario espera una resolución.
Desde AJM Abogados se señala que este fenómeno, cada vez más extendido, encaja en el perfil de los inquiokupas: personas que, aprovechando una apariencia formal de legalidad, se introducen en viviendas sin intención de cumplir con sus obligaciones económicas, generando un perjuicio tanto al arrendador como al titular original del contrato.
El arbitraje, una solución eficaz frente a la inquiokupación
Ante este escenario, el despacho recomienda considerar mecanismos alternativos para acelerar la resolución de estos conflictos. Una de las vías más eficaces es la inclusión de cláusulas de arbitraje en los contratos de arrendamiento, lo que permite recurrir a entidades como la Asociación Nacional de Jurisdicción Arbitral (ANJAR) para gestionar los casos de impago con mayor agilidad.
Este tipo de procedimientos, además de ser más rápidos que los juzgados tradicionales, permiten reducir el impacto económico de las situaciones de inquiokupación, facilitando la recuperación de la vivienda y limitando la acumulación de deuda.
Desde AJM Abogados se insiste en la importancia de revisar cuidadosamente las condiciones de los contratos de alquiler y evitar cualquier tipo de cesión no autorizada, por más bienintencionada que sea. La prevención y el asesoramiento jurídico profesional son claves para evitar caer en este tipo de escenarios complejos.