Alcohólicos Anónimos conmemora este viernes en Cuenca el acto central de su 87º aniversario en España con el reto de “volver a la calle” y de “dinamizar” a los alrededor de 600 grupos de apoyo con los que cuenta. El objetivo es que, cuando una persona necesite ayuda para abandonar su adicción o esté interesada en conocer o participar en este programa de recuperación, “siempre tenga a alguien enfrente con quien poder hablar y que la escuche”.
Así lo precisó su presidente, Luis Villota, en declaraciones a Servimedia, en las que añadió que la asociación, a cuyas sesiones asisten “con frecuencia” unas 9.000 personas, organiza algunos de sus eventos más importantes en las llamadas “zonas blancas”, áreas en las que no tiene “apenas” presencia o sus grupos atraviesan “etapas muy débiles o están adormecidos”.
Para revertir la situación, algunos delegados de la entidad elaboraron un plan de trabajo que se ha fijado como horizonte el “motivar e incentivar” la recuperación de la actividad presencial en sus 24 áreas, después de que desapareciera como tal la que cubría la región de Extremadura debido a su “inactividad”, si bien algunos de sus grupos siguen funcionando.
Tras lamentar que es “la primera vez que se toma la decisión de hacer desaparecer un área” en los últimos años, Villota confesó que se trata de “una mala noticia” y mostró su “preocupación” por la urgencia de retomar la función de servicio de los grupos hasta lograr situarla en el nivel previo a la pandemia.
En este punto, defendió que el contacto directo con alguien que “comparte” su experiencia de recuperación “siempre va a ser mucho más eficaz” que el contacto virtual, sobre todo en el caso de las personas que acuden a Alcohólicos Anónimos por primera vez y de las que requieren “más ayuda” porque viven “con el problema del alcohol en activo”.
DEMANDA DE AYUDA
Con relación a la demanda de participación en este tipo de grupos, Villota reconoció que, al principio de la pandemia, entre noviembre y diciembre de 2020, se incrementaron “mucho” las llamadas de petición de ayuda, al igual que durante la primavera de 2021. Sin embargo, desde el pasado verano “no se está viendo un cambio” en este sentido.
Entre los aspectos “positivos” que observa en la evolución de la asociación a lo largo de los últimos dos años, destacó la “mayor implicación” de la mujer en las funciones de servicio de los grupos y en la toma de decisiones. “Eso tiene un punto de positividad, porque la mujer tiene más difícil salir de las adicciones”, aseveró, convencido de que el estigma social que aún sufre “es mucho más grande que en el caso de los hombres”.
El presidente de Alcohólicos Anónimos quiso “recalcar” que el programa de recuperación que ofrece “no es ni académico, ni científico, ni profesional”. “Simplemente, se desarrolla a partir de los análisis y experiencias de muchas personas que intentan vivir sin alcohol”, subrayó, para agregar que no se trata «ni de hacer terapia, ni rehabilitación, ni reinserción”, aunque sus usuarios sean “capaces de establecer estrategias de recuperación que puedan servir a otros”.
“Este es un programa que se desarrolla a partir de las decisiones de recuperación de personas y no pretende ser otra cosa”, sentenció, para indicar que el itinerario que propone, y que consta de doce pasos, “se adapta a cada usuario, que lo aplica como desee en función de lo que escucha de otras personas, pero no son recomendaciones técnicas, ni profesionales”.
Finalmente, advirtió de que Alcohólicos Anónimos, que nació en EEUU en 1935, “no pretende dar lecciones a nadie” y de que el único requisito que tiene que cumplir quien quiera formar parte de su comunidad es “el deseo de dejar de beber”.