Amnistía Internacional ha pedido este lunes a la FIFA que presione a Catar, sede del Mundial de 2022, para que mejore la situación de los trabajadores migrantes en el país, y aunque cree que ha realizado «reformas positivas», estas no se han desarrollado adecuadamente.
En una carta de cuatro páginas dirigida al presidente de la FIFA, Gianni Infantino, Amnistía Internacional exigió al organismo rector del fútbol mundial que tomara «medidas urgentes y concretas» para presionar a Catar para que realice un programa de reformas laborales antes del torneo. Como organizadora del Mundial, la FIFA tiene el deber de «limitar el peligro para los derechos humanos», según Amnistía.
Catar ha sido criticado por grupos de derechos humanos durante muchos años, pero ha llevado a cabo reformas que, por ejemplo, facilitan las estrictas normas sobre la salida del país. Estas reformas también han sido alabadas por Amnistía y la Organización de Naciones Unidas (ONU).
En respuesta a Amnistía, Catar dijo que ha desarrollando reformas integrales y que se están logrando avances lo más rápido posible. «Nuestro programa de reforma laboral ha abordado temas en todas las etapas del ciclo migratorio y ha logrado resultados significativos», dijo en un comunicado de la Oficina de Comunicaciones del Gobierno.
«La reforma laboral es una tarea compleja que lleva tiempo y requiere soluciones efectivas y duraderas. Creemos que estas soluciones se encuentran mejor a través del diálogo y el compromiso», añadió el comunicado. También se muestra abierto a trabajar en estrecha colaboración con sus socios internacionales, incluida Amnistía Internacional, para «garantizar que las leyes se implementen y se cumplan de manera efectiva».
La legislación que establece un salario mínimo entró en vigor en Catar el sábado, como parte de cambios importantes en el mercado laboral del país del Golfo. Catar estableció un salario mínimo mensual de 1.000 riales cataríes (unos 275 dólares o 231 euros) tanto para los cataríes como para los migrantes, convirtiéndose en el primer país de la región en adoptar un salario mínimo no discriminatorio.
Según la legislación, los empresarios también deben pagar subsidios para alimentos y vivienda, respectivamente, si no los proporcionan directamente a los trabajadores.
Amnistía dijo que el Mundial no sería posible sin los trabajadores migrantes porque representan el 95 por ciento de la fuerza laboral en Catar. Recientemente ha habido peticiones de boicot, pero Amnistía se opone a ellas porque un boicot solo empeoraría la situación.
Las llamadas se produjeron después de que el periódico británico The Guardian informara de que 6.500 personas de cinco países asiáticos han muerto en Catar desde que se adjudicó el torneo en 2010; los datos no especificaron en qué parte del país trabajaron. El país dijo que la tasa de mortalidad estaba en un número esperado, ya que 1,4 millones de personas de los cinco países están trabajando en Catar.