Iñaki Urdangarin ha asegurado este lunes que quiere «mirar hacia adelante» y pretende «volver a la gestión o al deporte en general» después de que la jueza de Vigilancia Petinenciaria de Bilbao le haya concedido la libertad condicional, por lo que dejará de estar sometido al control presencial de la cárcel alavesa de Zaballa.
En una entrevista en la Cadena Cope, recogida por Europa Press, Urdangarin ha expresado que siempre se ha encontrado «muy bien» en el mundo del deporte y que el balonmano es «su segunda familia».
«No escondo que todo lo que he podido formarme o todas las herramientas que he podido ganar durante mi vida, me encantaría volverlas a destinar a lo que pueda ser el deporte, en la vertiente que sea», ha expresado el exbalonmanista.
Urdangarin, que se formó durante su estancia en prisión y ahora se encuentra en prácticas como entrenador de balonmano en el Barça, ha reconocido que el título se lo tenía que haber «sacado hace mucho tiempo», por un tema de «nostalgia», y ha definido su relación con Laporta de «excelente», de quien ha dicho que es una «persona muy generosa».
En este sentido, el exduque de Palma ha mostrado su disposición a que, una vez finalizadas dichas prácticas, si hay «ocasión» por parte del club, «poder hacer algo». «Lo que yo pueda aportar de balonmano (…) ya sabe el club que me tendrá encantado de poder colaborar y echar una mano», ha apostillado.
Según ha aclarado Urdangarin, todavía no tiene claro en qué le gustaría desempeñarse, si bien ha matizado que quiere «ayudar» a equipos o empresas a que consigan «el máximo rendimiento posible», por lo que no descarta utilizar su formación de ‘coaching’ en otros ámbitos que no sean lo meramente deportivo.
Así, ha reiterado que tras haber estado privado de libertad, una etapa que prefiere «dejar atrás», y vivir años duros «en soledad», su intención clara es «volver al mundo del deporte» e intentar encontrar «un nuevo rumbo profesional».