El historiador y escritor Andreu Navarra ha publicado la biografía ‘La revolución imposible. Vida y muerte de Andreu Nin’ (Tusquets), un retrato poliédrico del líder del Partido Obrero Unificado Marxista (POUM), y que el autor define como «un soñador, un idealista lleno de contradicciones».
En una entrevista de Europa Press, Navarra ha señalado que el libro quería «recopilar todas las piezas del puzzle» que componen la figura de Andreu Nin: el sindicalista, el revolucionario, el teórico, el docente, el traductor y el autor de artículos periodísticos.
Navarra ha subrayado que la bibliografía existente sobre Nin había quedado muy centrada en su faceta política y su muerte, y ha considerado que su vertiente como periodista, traductor y docente han quedado «eclipsadas».
En el ensayo se repasan los inicios de Nin desde edad temprana como articulista en diferentes diarios y revistas de la época, cómo entró en contacto con las élites culturales y su evolución política, que le hizo pasar de un republicanismo a una voluntad más revolucionaria, que le hacía tener contradicciones como «compaginar pacifismo y leninismo».
También expone como estando en la CNT viaja a Moscú para el congreso fundacional de la Internacional Sindical Roja donde «se dan cuenta que tiene una inteligencia fuera de lo común», ingresa en el Partido Comunista de la Unión Soviética y pasa nueve años en los que viaja por diferentes países para recabar apoyos para la Internacional Sindical, hasta que su acercamiento a las tesis de Trosky y cuestionamiento del estalinismo, lo aleja de los cargos.
En ese tiempo de alejamiento, Nin inicia en Moscú su faceta de traductor, que le lleva a traducir del ruso ‘Crimen y castigo’, de Fiodor Dostoievsky, y obras de Anton Chéjov: «Solo puede traducir y se pasa 12 horas diarias», señala Navarra, una labor de traductor que continúa cuando regresa a Barcelona.
«VUELVE UN BOLCHEVIQUE»
«Nin se va a Moscú básicamente como un sindicalista y vuelve un bolchevique, con convicciones fuertes e inamovibles», ha señalado Navarra, quien ha señalado que ya de vuelta a España impulsó la Izquierda Comunista, que posteriormente se unió a Bloque Obrero y Campesino de Joaquín Maurín para formar el Partido Obrero Unificado Marxista (POUM).
Navarra ha asegurado que el POUM era un partido pequeño pero que «generaba pensamiento», en el que Maurín ejercía de líder y Nin de teórico, quien también acaba alejado del troskismo una vez accede durante unos meses a la Conselleria de Justicia de la Generalitat.
Ese corpus teórico germinado por el POUM, el miedo a la difusión de mensajes antistalinistas y los contactos de Nin con pensadores de otros países no eran bien recibidos por la Unión Soviética de Josif Stalin que «no podía permitir un marxismo heterodoxo» alejado de las tesis oficiales, ha señalado Navarra, y que convirtió a Nin en un elemento molesto.
Sobre su muerte, Navarra ha dicho que, tras su detención junto a la mayoría de la cúpula del POUM en junio de 1937 por orden soviética, fue trasladado a Alcalá de Henares para su interrogatorio y allí desapareció: «Lo que no está tan claro es qué hicieron con Nin», ha apuntado Navarra.
Navarra ha explicado que las obras teóricas de Nin tuvieron un resurgir a finales de los años 60 y principios de los 70, unos años en que la juventud de mayo del 68 buscaba nuevos referentes y en los que la Transición hace que «se abra la veda» y crezca el interés por qué ha pasado durante el franquismo.