La Dirección General de Tráfico (DGT) indicó este viernes que el proyecto ‘DGT 3.0’ pudo ensayarse de manera real en la prueba ciclista ‘Gran Fondo Ézaro-Fin do Camiño’ obteniéndose “resultados muy positivos”, ya que permitió probar el funcionamiento completo del sistema.
El objetivo de la Plataforma de Vehículo Conectado 3.0, creada hace cuatro años por la DGT, es permitir a todos los usuarios de las vías de circulación “estar conectados de forma anónima para detectar y recibir información sobre situaciones de peligro que puedan surgir en la carretera mientras conducimos”.
“La plataforma se convierte en un punto de acceso de información única, gratuita y veraz en tiempo real sobre lo que está sucediendo en las carreteras, una información de gran valor para todo el ecosistema de movilidad en el territorio nacional”, explicó la DGT.
En ella participan fabricantes de automoción, servicios de asistencia en carretera o aplicaciones de movilidad, empresas de transporte de personas y mercancías, asociaciones, así como entidades públicas de transporte y conservación de carretera, proveedores de datos y servicios de emergencia o paquetería.
Lo usuarios de la plataforma facilitan información de forma anónima y autorizada, y reciben las alertas en tiempo real generadas por la plataforma. Todo ello se realiza con la «aplicación de técnicas de análisis geoespaciales de datos e inteligencia artificial».
En el caso de la prueba celebrada en la Costa da Morte, lo que ha podido comprobarse es el sistema de monitorización de pruebas deportivas de ‘DGT 3.0’ “gracias a la utilización de balizas V2 conectadas en los coches de inicio y cola de la competición, así como de conos en las vías aledañas al trayecto del evento deportivo”, que emitieron información a la plataforma. Este proceso se tradujo, según la DGT, en que el usuario final pudo disponer en tiempo real en sus navegadores de avisos de los tramos afectados por el evento.
La DGT recordó que sólo en 2021 fallecieron en vías interurbanas 110 peatones y 31 ciclistas y la mayoría de estos siniestros se produjeron por un atropello en el que un vehículo de motor no había visto al peatón o al ciclista en la calzada, «algo que se evitaría si el conductor pudiera disponer de esa información antes de llegar a ese punto».
