La selección española de fútbol despertó de su sueño de jugar la final de la Eurocopa 2020 después de caer este martes ante Italia en la tanda de penaltis tras empatar a un gol en un duelo en Wembley donde siempre compitió y controló a un rival que sacó sus ‘viejas’ armas para ser el que pelee por el título.
Los once metros que habían permitido el pase a esta penúltima ronda a la ‘Roja’ fueron los que la enviaron a casa. Unai Simón detuvo el primero, pero los fallos de Dani Olmo, el mejor junto a Pedri, y de Álvaro Morata, el autor del gol, cerraron el billete de regreso al templo del fútbol inglés el próximo domingo.
Los penaltis decidieron un choque igualado y competido, donde la triple campeona de Europa dominó e hizo parecer pequeña a una tetracampeona mundial que sobrevivió fiel a su filosofía y que golpeó con una ‘contra’ para coger ventaja. España se rehizo sin perder un ápice de su filosofía para lograr el empate, pero su mayor ambición no tuvo más premio ante un rival que tampoco dejó demasiados resquicios y que pondrá a prueba su impecable racha (33 partidos sin perder) en la pelea por su segundo trofeo continental 53 años después.
Todo tras un choque en el que Luis Enrique apostó por quitar a Morata y jugar con un ‘falso 9’, papel que recayó en Dani Olmo. España perdió algo de ‘punch’ ofensivo porque Chiellini y Bonucci no salieron en exceso de la ‘cueva’ a perseguir al de Terrassa, pero este hizo daño entre líneas y la tricampeona de Europa pudo dominar a una Italia que prefirió más resguardarse y ser paciente para sorprender en alguna transición.
Bajo la batuta de Busquets, un notable Pedri y Olmo, la pelota fue casi siempre de la ‘Roja’, que obligó a Verratti y Barella a defender junto a Jorginho más que a poder crear algo para Inmobile, Chiesa e Insigne. Sin embargo, esto no dio réditos en forma de ocasiones al combinado nacional, que pisó las cercanías del área más veces que la tetracampeona del mundo, pero sin demasiado éxito, con un mal control de Oyarzabal cuando se quedaba solo ante Donnarumma tras un gran pase de Pedri y una gran mano del portero del Milan en disparo cercano de Olmo como las dos mejores.
Italia, aunque poco, también amenazó. Una salida quizá algo precipitada de Unai Simón a un balón a Insigne, que no fue bien resuelta por sus compañeros, fue la principal al inicio, mientras que al final llegó la mejor con un disparo de Emerson que pegó en el larguero. El sustituto de Spinazzola fue la mejor arma italiana para romper, en pocas ocasiones, la presión de España.
CHIESA GOLPEA PRIMERO
Ninguno de los dos seleccionadores cambió nada para una segunda mitad mucho más trepidante. Fue el combinado nacional el que mejor empezó de nuevo y el que gozó de dos buenas opciones, pero Di Lorenzo firmó un cruce primordial cuando Ferran Torres iba a rematar un envío de Olmo, y a Busquets, poco después, se le fue su disparo desde la frontal por poco por encima del larguero.
Pero Italia, que ya había dejado claro que su plan definitivo era el contragolpe, también enseñó sus ‘dientes’ y Chiesa dio un aviso que detuvo seguro abajo Unai Simón. El de la Juventus creció en la segunda mitad y fue el encargado de poner cuesta arriba el billete a la final. Donnarumma montó una contra tras un centro poco preciso de Jordi Alba y aunque Laporte realizó un gran corte al balón en profundidad a Inmobile, este le cayó a Chiesa. Eric García prefirió aguantarle y el de la Juventus se sacó un gran disparo que Unai Simón sólo pudo seguir con la mirada hacia la red.
Era el minuto 60 y quedaba algo más de media hora para igualar a un equipo que se crecía en su ‘vieja’ táctica para hacer valer su gran y trabajado botín. Aún así, Oyarzabal tuvo el empate en su cabeza, pero no atinó al gran envío de Koke y Olmo amenazó desde fuera del área. Berardi, tras un gran pase de Chiesa, tuvo una buena opción para la sentencia, aunque su disparo fue repelido por el portero español.
Los minutos pasaban y Luis Enrique metía en el campo a Morata y Gerard para más poderío ofensivo y a Rodri para dar también equilibrio ante unas contras de una ‘Azzurra’ que cada vez estaba más atrás. La ‘Roja’ fue fiel a su filosofía y encontró su premio en un maravilloso pase de Olmo que no perdonó Morata para hacer un 1-1, inamovible ya en el tiempo reglamentario.
En la prórroga, España intentó llevar la iniciativa y una falta lanzada por Olmo y el posterior rechace de Morata fue la mejor, pero poco a poco imperaron las precauciones y los cambios introducidos por Mancini permitieron respirar mejor a su equipo. Nadie amenazó más y los penaltis dieron la espalda esta vez a los de Luis Enrique.