El inminente cambio de liderazgo en el Partido Popular ha duplicado el número de sus votantes que querrían a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, al frente del Gobierno de España, mientras que al eventual nuevo líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, no le prefiere para tal responsabilidad ni siquiera el modesto porcentaje de electores de la formación que deseaban ver ejerciéndola a a su todavía presidente, Pablo Casado.
Así se desprende del cruce por recuerdo de voto, recogido por Servimedia, del Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que se publicó el pasado jueves, y que se elaboró sobre entrevistas realizadas entre el 1 y el 11 de marzo. En su tradicional pregunta de a cuál de los siguientes líderes preferiría el encuestado como presidente del Gobierno, el Barómetro incluyó por primera y quizás por última vez entre las opciones a las tres grandes figuras del PP: Casado, Ayuso y Núñez Feijóo.
El resultado del experimento es que la presidenta de la Comunidad, a la que el CIS incluye como opción desde el pasado mes de noviembre, al poco tiempo de comenzar sus tensiones con la dirección nacional del PP, ha sido la principal beneficiada de los tumultuosos acontecimientos que se iniciaron el 16 de febrero con las informaciones periodísticas de que Génova había espiado al hermano de Ayuso, Tomás, por un contrato sospechoso de compra de mascarillas.
El desencuentro entre la dirección del PP y sus barones autonómicos terminó el 1 de marzo, es decir, coincidiendo con el comienzo del trabajo de campo del CIS, en una reunión de la Junta Directiva Nacional del partido que convocó un congreso extraordinario para el 1 y 2 de abril, el cual entronizará a Feijóo sin discusión como nuevo presidente del PP.
Pues bien, en los diez días siguientes a esa Junta Directiva, sólo un 41,3% de los encuestados por el Barómetro que en las últimas elecciones generales votaron al PP señalaron al actual presidente de la Xunta de Galicia como la persona a quien querrían ver al frente del Gobierno español, y eso que ya había señalado como el sucesor por todas los líderes territoriales del PP. Este porcentaje no llega a los que alcanzó Casado en los meses precedentes, que aun así eran de largo los más bajos entre sus propios votantes de todos los líderes de los grandes partidos: un 47,6% en noviembre, un 48,3% en diciembre, un 45,6% en enero y un 43,8% en febrero.
Por el contrario, Ayuso, que en esos meses de enfrentamiento con la dirección nacional había sido nombrada como su presidenta del Gobierno favorita por apenas el 5,4%, el 7,1%, el 5,2%y el 7,6% de los votantes populares, pese a que el CIS ya preguntaba específicamente como ella como presidenciable.
EL 16% A NINGUNO
En cambio, ese porcentaje se ha duplicado hasta el 17,7% en el Barómetro de marzo, lógicamente muy lejano del de Feijóo, pero ambos significativos teniendo en cuenta que nadie duda de que el candidato del PP a la Presidencia del Gobierno será el segundo y no su homóloga madrileña. Casado, ya de hecho defenestrado, apenas fue designado como preferido por el 1,5% de los votantes populares a quienes preguntó el CIS, de los cuales el 16,3% contestó que no desearía ver en Moncloa a «ninguno de ellos».
Otro dato reseñable, en este caso favorable a los dos mandatarios autonómicos, es que los españoles que en noviembre de 2019 votaron a Vox han mejorado su valoración de los líderes del PP. Mientras en febrero el 74,4% de ellos quería como presidente al de su partido, Santiago Abascal, y sólo un 5,5 se decantaba por Casado y el 3,5 por Ayuso, en el último Barómetro los que nombraron a Abascal se redujeron al 49,6%, frente al notable 17,5% que prefieren a Ayuso y al 10,8% que apuntaron a Feijóo, pese a su fama de “moderado”.
En estimación de voto, el PP subió en marzo 2,5 puntos porcentuales, hasta el 23,8%, sólo una décima por debajo de la que el CIS le adjudicó en junio de 2021 y que ha sido la máxima de la legislatura, precisamente al calor de la victoria de Ayuso en las elecciones autonómicas del mes anterior.
Además, respecto a febrero, antes de la crisis interna, incrementó en 3,7 puntos su fidelidad de voto, hasta el 78,4%, e invirtió a su favor por primera vez desde noviembre, cuando empezó a conocerse el enfrentamiento entre la dirección del PP y Ayuso, el saldo neto de su trasvase de voto con Vox. Si hubiera habido elecciones en los días en que el CIS hizo su trabajo de campo, el 11,7% de los votantes de Abascal se habrían pasado al PP, y el 9,7% de los electores populares habrían hecho el camino contrario.
Todo esto, a pesar de que en el Barómetro de marzo el CIS modificó su método de estimación de voto a Vox al detectar un voto oculto que no se reflejaba en sus estudios; el cambio ha permitido a Vox elevar su expectativa un punto y medio respecto a febrero y alcanzar su máximo de toda la legislatura, con un 16,3%.
Por lo que respecta a Ciudadanos, el trasvase de votantes al PP alcanza ya el 37,6%, batiendo el récord de la legislatura. De estos españoles, el 23,9% querrían ver a Núñez Feijóo en Moncloa y el 14% a Díaz Ayuso; en ambos casos más gente que a la propia presidenta del partido, Inés Arrimadas (11,9%), pero menos que la que, decepcionada con el desarrollo de la política, optó por responder que «ninguno» de los actuales líderes de las principales formaciones nacionales (26,5%).