La tenista bielorrusa Aryna Sabalenka, número uno del mundo, se impuso este jueves a la española Paula Badosa en la semifinal del Abierto de Australia, primer Grand Slam de la temporada que se disputa en superficie dura, en dos sets (6-4, 6-2) en una hora y 26 minutos de juego, metiéndose en su tercera final consecutiva en Melbourne y despertando del sueño de su rival de jugar por su primer título en un ‘grande’.
Paula Badosa no ha podido alcanzar su primera final de ‘Grand Slam’ y unir su nombre a los de Arancha Sánchez-Vicario, Conchita Martínez y Garbiñe Muguruza, finalistas en el torneo australiano, que seguirá sin poder inscribir en su palmarés el nombre de una jugadora de la ‘Armada’.
La española se vio superada por la mejor versión en el torneo de la actual campeona, que venía de sufrir un tanto en los cuartos de final, pero que sólo titubeó en el arranque de partido. A partir de ahí, la número uno del mundo se asentó y fue menos a más en un encuentro que arrancó con un ‘break’ en contra, única concesión que daría a su rival y amiga, a la que además hizo mucho daño al resto.
Paula Badosa no fue capaz de aguantar el ritmo de bola de Sabalenka, que se impuso en la mayor parte de los peloteos cortos. Además, la bielorrusa estuvo muy certera en sus acometidas y consiguió hasta 32 puntos ganadores, por 21 errores no forzados. En el caso de española, sufrió mucho con su servicio, una de sus mejores armas y necesaria para impedir que la número uno del mundo impusiese su ritmo. Sólo metió el 53 por ciento de primeros y Sabalenka lo aprovechó para castigarla sobre su sus segundos saques.
Sin embargo, la puesta en escena de la undécima cabeza de serie en el partido fue inmejorable. Conservando su saque en el primer turno, quebrando el de Sabalenka para colocarse con 2-0 en el marcador y colocándose 40-0 en su segundo servicio de la semifinal. Pero entonces, no pudo aguantar en los agresivos intercambios y acabó cediendo el primer ‘break’ en contra, un hecho que dio confianza a la bielorrusa que comenzó a coger ritmo con sus golpes.
Así, la número uno del mundo consiguió cuatro juegos consecutivos que le dieron la vuelta al marcador y la iniciativa por primera vez en el partido (4-2). Y pese a la lucha de la española, que no perdió la fe a ganar la primera manga, no pudo inquietar a la actual campeona, que cerró sin problemas el set. Le tocaba el más difícil todavía a Paula Badosa, que tenía que remontar a la número uno del mundo en su jardín.
Pero la segunda manga no haría sino confirmar el altísimo nivel de tenis mostrado por Sabalenka en el tramo final de la primera. Pese a que la española ganó cómoda su primer turno de saque, esto sería un espejismo de lo que sufriría en sus siguientes turnos. El golpe definitivo al encuentro comenzaría a darlo la bielorrusa en el tercer juego, en el que Badosa se enredó y acabó entregando tras dos dobles faltas.
Eso hizo que el choque fuese mucho más sencillo para Sabalenka, que aceleraría para colocarse con una casi definitivo 5-1 en el marcador. Y con todo cuesta arriba, la española sacó su último conato de reacción para ganar su saque y obligar a la número uno del mundo a cerrar el partido con su servicio para el definitivo 6-2 en el segundo set y clasificarse para su tercera final consecutiva en Melbourne, algo que no sucedía desde que lo lograse la suiza Martina Hingis entre 1997 y 1999.