Barça y Madrid se verán en la final de la Supercopa

Redacción

Habrá Clásico entre FC Barcelona y Real Madrid en la final de la Supercopa de España, que se disputará el domingo en Arabia Saudí, tras pasar el equipo blaugrana en la tanda de penaltis –como los blancos frente al Valencia– tras un igualado y eléctrico duelo frente al Real Betis.

Los blaugranas pueden seguir soñando con ganar la Supercopa por primera vez con este formato de semifinales y final, y pugnarán por el título, que sería además el primero de la ‘era Xavi’, ante el vigente campeón, un Real Madrid que eliminó al Valencia también en la tanda de penaltis.

El Barça, que se puso hasta dos veces por delante en el marcador –durante los primeros 90 minutos y en la prórroga–, tuvo que esperar a la tanda final para lograr el pase, gracias a un Marc-André ter Stegen que, tras un gran partido con paradas decisivas, volvió a ser héroe con dos lanzamientos de penalti detenidos.

Antes de llegar a esa tanda final, se vio un partido igualado, con buenas ocasiones en ambas áreas y con goles. Con cambios de dominio y de posesión. Una locura de duelo que no quiso terminar nunca y se fue primero a la prórroga, que dio lugar a dos golazos, y después a la tanda de penaltis. Mismo final que en la primera semifinal, pero con un guión bien distinto.

Empezó el Barça dominando el balón y las ocasiones, con un Real Betis que no despertó hasta que el Barça le invitó a hacerlo con un par de errores defensivos que solventó Marc-André Ter Stegen. Aunque el mayor susto se lo llevó el Betis con el primero de los dos goles anulados (por fuera de juego) al equipo ‘culé’.

Pese a que no estaba fino Lewandowski, tras fallar controles, pases de primeras y remates, y pese a que tampoco pudo afinar en su primer remate a pase de Dembélé, bloqueado por el central Luiz Felipe, la bestia polaca despertó en el minuto 40. El rechace le quedó perfecto para volear y superar, al fin, a Claudio Bravo. Un ‘killer’ como el polaco, por inactivo y poco fino que esté, siempre acaba por perforar la red rival.

Eso sí, en el 45′ tuvo que aparecer de nuevo el salvador Ter Stegen para, en un doble paradón, desviar los tiros de Rodri y de Luiz Henrique. Este último, además, sin tener mucha visión del disparo. Una sensación de peligro bético que se repitió tras el descanso.

No logró el Barça cerrar el partido, aunque Dembélé siguió sumando adeptos con una enésima carrera por la izquierda (esta vez fue Raphinha el extremo derecho) que, tras recorte y amago, acabó en tiro que rozó el palo. Fue un gran partido el del francés, que suele tener una de cal y otra de arena y, en el desierto de Arabia, tocó lo segundo.

Sin ese 0-2 que daría tranquilidad, el equipo de Xavi volvió a cometer el error de creer antes de tiempo que todo estaba cerrado. Los cambios no ayudaron, tampoco, y el Betis se fue arriba. Obligados a ello, sí, pero con criterio. Y, en el 77′, obtuvo premio un Nabil Fekir que llevaba al equipo a su espalda, con un tiro colocado y potente de primeras tras una asistencia casi sin querer de Luiz Henrique, otro de los destacados en el equipo de Manuel Pellegrini.

La igualdad ya no se rompería, no en el tiempo reglamentario. Y eso que Robert Lewandowski celebró por unos momentos su doblete. Pero el gol fue bien anulado por fuera de juego de Ferran Torres en el inicio de la jugada. En el otro área, Ter Stegen desvió un tiro del exblaugrana Juan Miranda, y en ese intercambio eléctrico de ocasiones Claudio Bravo también envió a córner un tiro de Ansu Fati, que entró de refresco.

Ansu avisó y poco después atinó. Ya en la prórroga, el canterano puso por delante al Barça con un auténtico golazo. El rechace de la defensa del Betis lo fue a buscar Ansu para volear de primeras el balón caído del cielo y ponerlo al palo contrario, haciendo inútil la estirada de Claudio Bravo. Un gol que hace pensar en que la mejor versión de Ansu, tras sus varias lesiones de gravedad, puede todavía volver a salir a flote.

Pero el duelo, en el que el Betis no se rendía, merecía ver otro gol de bella factura. En el 101′ Loren Morón, otro refresco en la nevera, se la coló a Ter Stegen de tacón. Luiz Henrique volvió a hacer de las suyas por la derecha y asistió al delantero, que tenía a su espalda a Ronald Araujo y tiró de truco de magia para rematar de tacón, botando, para lograr el 2-2. Tacón que intentó Ansu Fati, de más lejos y con mayor dificultad, sin poder batir a Bravo.

El chileno no pudo ser héroe para los suyos en la tanda de penaltis, pues ese premio se lo llevó, sin duda alguna, un Ter Stegen que detuvo los lanzamientos de Juanmi y William Carvalho. El alemán está de dulce y metió a su equipo en esa ‘clásica’ final. Partido en el que el Barça buscará ese primer título para el Xavi entrenador, y esa primera Supercopa en ‘final four’ ante un Real Madrid que intentará revalidar el título.

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