La presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, ha admitido que no le «hace falta» seguir al frente de la Cámara en la próxima legislatura, pese a que subraya que está «siendo un honor» presidir la institución. Además, confía en que, aunque el ambiente será preelectoral durante el año que resta de legislatura, los diputados sean capaces de rebajar el nivel de bronca con el que se cerró 2022.
Así lo expresa Batet en una entrevista al programa ‘Parlamento’ de Radio Nacional de España, recogida por Europa Press, en la que reconoce estar «tranquila» con las decisiones que ha adoptado como máxima responsable de la Cámara porque, recalca, siempre ha actuado en pos del «prestigio» del Congreso y, sobre todo, de la ciudadanía a la que representa el legislativo.
Preguntada directamente sobre si le gustaría repetir en el cargo si hay oportunidad, la diputada del PSC ha respondido sin medias tintas: «Bueno, pues no hace falta, la verdad».
«He estado muy feliz, ha sido un privilegio poder presidir el poder legislativo; creo mucho en el Parlamento, en el debate, en el entendimiento entre fuerzas políticas, en la capacidad de convencer a otro y ser la presidenta de lo que supone esta voz diversa y plural de la sociedad española está siendo un gran honor, pero tampoco hace falta repetir», se ha extendido después.
Batet ha insistido en que su experiencia como tercera autoridad del Estado «ha sido muy buena y positiva» y ha remarcado que augura al Parlamento una «larga vida en esta democracia», pero sin ocultar que con una legislatura en ese puesto tiene suficiente.
POLÍTICA INSTITUCIONAL, NO DE PARTIDO
Eso sí, se declara «tranquila» con su trabajo como presidenta de la Cámara. «Puedo equivocarme, como cualquier ser humano, pero mi voluntad siempre es actuar con absoluta vocación de neutralidad y objetividad y, desde luego, saliéndome absolutamente de la política partidista», ha explicado.
En este sentido, ha puntualizado que desde la Mesa y la Presidencia de la Cámara se ejerce una «actuación política» pero «institucional, no de partido».
También añade que está tranquila con su gestión porque «todas» las decisiones que ha tomado «han tenido como base los informes de los letrados», es decir, que las ha adoptado conforme a «criterios técnicos y nunca de oportunidad política». «Al final me quedo con esa tranquilidad de haber actuado siempre bien y para el prestigio del Congreso y, sobre todo, de los ciudadanos a los que representamos», ha afirmado.
Preguntada si se siente dolida por las críticas que en ocasiones han dedicado a su labor sobre todo desde el PP y Unidas Podemos, Batet ha comentado que «los dolores personales en este caso son irrelevantes» y porque «lo importante es la institución».
«El Parlamento tiene que ser el centro activo de la vida política y democrática y respetar y velar por su buen funcionamiento, su dignidad e intentar no vilipendiarlo excesivamente es importante», ha aseverado.
LOS DIPUTADOS «NO ESTÁN ORGULLOSOS»
Batet sostiene que, pese a los episodios de crispación vividos en lo que va de legislatura, sus llamamientos a velar por el decoro de la Cámara no han «caído en saco roto». De hecho, está convencida de que la mayoría de los diputados los comparten y no sienten «especialmente orgullosos» de la imagen que trasladan con la bronca.
Además, considera que el hecho de que lo que más trascienda sean los enfrentamientos es «injusto» para la «inmensa mayoría» de sus señorías a las que, asegura, «les gusta mucho su trabajo y dedican muchas horas y esfuerzo» a su labor parlamentaria.
«Espero este año tenga un tono un poquito más constructivo a pesar a las elecciones que tenemos por delante y que podamos dar ese ejemplo a la sociedad a la que representamos mejor de lo que en otras ocasiones hemos podido ver», ha indicado.
REFORMA DEL 49 DE LA CONSTITUCIÓN
Según Batet, por ejemplo, sería «importantísimo» que se pudiera alcanzar un acuerdo para reformar el artículo 49 de la Constitución con el fin de sustituir el término «disminuido» por el de «persona con discapacidad».
La presidenta ha admitido que le «sorprendió» que el PP y Vox presentaran enmiendas de totalidad a esa reforma que cuenta con la «unanimidad» del sector de la discapacidad y que busca acabar con «una terminología impropia del siglo XXI».
Tras la reunión mantenida esta semana entre el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y la portavoz del Grupo Popular, Cuca Gamarra, y de que ambos quedaran en circunscribir la reforma a ese único asunto, Batet considera que el acuerdo es «factible» y ha animado a hacerlo realidad.