La presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, acelerará el cambio de reglas de la denominada comisión de secretos oficiales para poder elegir a sus integrantes este mismo jueves y poder arrancar lo antes posible.
Este martes Batet ha propuesto en la Mesa de la Cámara una rebaja de las mayorías que se exigen para acceder a la Comisión de control de los Gastos Reservados, bajando el listón de 210 votos a mayoría absoluta (176), lo que ya permitiría abrir la puerta a ERC, Junts y Bildu al control del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y al acceso a materias clasificadas.
Se trata de una modificación de la resolución de Presidencia que firmó el socialista Manuel Marín en 2004, pero pese a tratarse de un cambio de las reglas del juego, no cuenta con apoyo de grupos de la oposición como el PP, Vox y Ciudadanos.
UN CAMBIO URGENTE
Aunque esta comisión lleva bloqueada desde principios de legislatura, Batet quiere acortar los plazos al máximo para aprobar la rebaja de los requisitos en 24 horas y poder celebrar la votación esta misma semana. Todo ello después de que el Gobierno prometiese este domingo que en esa comisión se van a dar explicaciones sobre el supuesto espionaje a independentistas.
Así, esta martes por la noche, tras la sesión plenaria, Batet reunirá a la Junta de Portavoces para que den vía libre a la nueva resolución, aunque sea sin unanimidad, y después a la Mesa para aprobarla, todo ello para que este mismo jueves se pueda ya elegir en el Pleno a los integrantes.
En una comparecencia ante los medios, Batet ha justificado la premura alegando que es «una anomalía democrática» que aún no se haya podido constituir esta comisión por falta de «acuerdos necesarios». Asegura que lo intentó antes, que ya habló del tema con los distintos grupos parlamentarios y que ahora ve una «inmensa mayoría» a favor de ponerla en marcha.
LOS VETOS SE MANTIENEN
Según ha explicado, sigue habiendo vetos –de hecho, PP, Vox y Ciudadanos han avanzado en público su rechazo a apoyar la entrada de partidos como ERC, Junts o Bildu en la comisión–, pero no podía convocar la votación con ese listón mínimo de 210 votos porque no habrían entrado todos los grupos parlamentarios de la cámara.
Y, según subraya, la resolución de 2004 también establece que debe formar parte de la comisión «un miembro de cada grupo parlamentario». «En este momento, los vetos de diferentes grupos parlamentarios impiden constituir la comisión al incumplir el mandato de la presencia de todos los grupos», ha añadido.
Su propuesta, por tanto, busca rebajar ese listón de 210 votos para sortear los vetos y asegurar que entran todos los grupos de la Cámara, ya que entiende que a nadie se le puede impedir ejercer su derecho a controlar al Gobierno.