Empleados de la empresa tecnológica china ByteDance accedieron indebidamente a datos privados de la red social TikTok, filial del grupo, para rastrear a periodistas y localizar el origen de filtraciones a medios, reconoció la firma el viernes.
TikTok desplegó grandes esfuerzos para convencer a usuarios y gobiernos de mercados importantes como Estados Unidos de que protegía la privacidad de los datos y no representaba una amenaza a la seguridad nacional.
TikTok y una misión de espionaje
Pero la matriz ByteDance dijo el viernes a AFP que varios empleados accedieron a los datos de dos periodistas como parte de una investigación interna de filtraciones a medios de información de la empresa.
El objetivo era identificar vínculos entre la plantilla y un reportero del Financial Times y un antiguo periodista de BuzzFeed, según un correo electrónico del consejero general de ByteDance, Erich Andersen, al que accedió AFP.
Ambos periodistas habían informado sobre el contenido de filtraciones de documentos de la empresa.
En un comunicado a AFP, ByteDance condenó la «equivocada iniciativa que violaba gravemente el código de conducta de la compañía».
Los empleados habían obtenido las direcciones de IP de los reporteros para determinar si coincidieron en alguna ubicación con sus compañeros de ByteDance sospechosos de haber filtrado la información, según Andersen.
El plan no funcionó, en parte porque las direcciones de IP solo revelan geolocalizaciones aproximadas.
En cualquier caso, Andersen explicó en su correo electrónico que ninguno de los trabajadores implicados en el caso seguía en ByteDance, aunque no detalló cuántos fueron despedidos.
TikTok buscando convencer sobre su seguridad a Estados Unidos
TikTok vuelve a ser foco de atención en Estados Unidos porque el Congreso pretende prohibir a nivel nacional el uso de esta popular plataforma de videos cortos en dispositivos gubernamentales por cuestiones de seguridad.
La red social ha intentado convencer a las autoridades estadounidenses que los datos en ese país están protegidos y almacenados en servidores ubicados dentro de su territorio.
Pero tras algunas informaciones periodísticas, también admitió que los empleados en China tenían acceso a los datos de usuarios estadounidenses, en teoría bajo estrictas y muy limitadas circunstancias.