La posición de inversión internacional (PII) neta de España tuvo un saldo negativo de 908.400 millones de euros en el segundo trimestre de 2020, frente a los 878.400 millones registrados el trimestre anterior -77,5 % del PIB frente a 71 %, incremento debido, en gran parte, a la acusada caída del PIB- y a los 920.100 miles de millones (73,9 % del PIB) de 2019, según los datos publicados este miércoles por el Banco de España.
Estos datos reflejan que la capacidad de financiación, medida por el saldo conjunto de las cuentas corriente y de capital, alcanzó los 2.000 millones en el segundo trimestre de 2020, cifra inferior a la de 11.800 millones registrada un año antes. En términos acumulados de 12 meses, la capacidad de financiación fue de 21.500 millones (1,8 % del PIB), importe por debajo de los 29.200 millones acumulados en el segundo trimestre de 2019 (2,4 % del PIB).
La posición de inversión internacional neta excluyendo el Banco de España alcanzó los -667.600 millones en el segundo trimestre de 2020, saldo menos negativo que el observado tres meses antes (-678.500 millones). El Banco de España explicó que esta evolución se debe a la aportación positiva de las transacciones (43.000 millones) que no llegó a ser compensada por el saldo negativo de los otros flujos (-32.100 millones).
El saldo negativo de los otros flujos se debió fundamentalmente a la recuperación de los precios, tras la caída de marzo ocasionada por la crisis sanitaria, que ha tenido un mayor impacto en los pasivos que en los activos.
La rúbrica que contribuyó en mayor medida a que el saldo de la PII fuera menos negativo fue la de la otra inversión -que incluye, en su mayoría, préstamos y depósitos-, que pasó de tener una posición deudora de 4.200 millones en el primer trimestre de 2020 a una posición acreedora de 25.500 millones en el segundo. Este resultado se produjo sobre todo por el impacto de las transacciones, que registraron un saldo de 31.000 millones consecuencia de un aumento neto de los activos (12.400 millones) y de una disminución de los pasivos (-18.600 millones).
El saldo de la inversión directa -que incluye las posiciones entre empresas de un mismo grupo-, se situó en el segundo trimestre en -171.000 millones, frente a los -151.100 millones del trimestre previo, resultado principalmente de una contribución negativa de los otros flujos ocasionada tanto por la evolución de los precios como por la de los tipos de cambio.
Finalmente, el saldo neto del Banco de España frente al exterior se situó en junio en 2020 en -240.800 millones, frente a los -199.800 millones del primer trimestre de 2020. Por sectores, excluyendo al Banco de España, la posición de inversión internacional neta de los otros sectores residentes mejoró hasta de -97.300 millones en el segundo trimestre de 2020 frente a -110.500 millones del trimestre anterior.
También contribuyeron positivamente las instituciones financieras monetarias, cuya posición neta alcanzó 46.400 millones, frente a los 38.100 millones observados a finales del trimestre anterior. En sentido contrario, las Administraciones Públicas registraron una posición neta de -616.700 millones en el segundo trimestre de 2020, frente a la de -606.100 millones del trimestre anterior.
Por otro lado, la deuda externa bruta de España se situó en 2.206 miles de millones (188,3% del PIB) en el segundo trimestre de 2020, por encima de los 2.150 miles de millones (173,8 % del PIB) que alcanzó tres meses antes y de los 2.111 miles de millones (169,6 % PIB) de 2019. Por sectores, excluyendo el Banco de España, se observa un aumento en la deuda de las Administraciones Públicas, que alcanzó en el segundo trimestre 681.900 millones, frente a los 670.800 millones del trimestre anterior (658.300 millones en 2019).
En el segundo trimestre de 2020, debido fundamentalmente a la desaparición del saldo turístico, el superávit por cuenta corriente se situó en 1.400 millones, frente a los 11.000 millones contabilizados en el mismo periodo de 2019. La balanza de bienes registró un superávit de 600 millones en el segundo trimestre de 2020, frente al déficit de 3.900 millones registrado un año antes.
En el caso de los servicios, su saldo cayó 14.900 millones, siendo en el segundo trimestre de 2020 de 3.600 millones. Dentro de los servicios, la partida de turismo y viajes mostró un saldo casi nulo (14.200 millones en el mismo periodo de 2019) debido al cierre de fronteras adoptado como consecuencia de la crisis sanitaria. Los servicios no turísticos –el transporte, los servicios financieros, los de seguro, los informáticos y otros servicios empresariales entre otros– experimentaron una disminución de su superávit hasta los 3.600 millones, desde los 4.200 millones de un año antes.