Una hora de caminata a la semana o al menos 10 minutos al día se asocia con una mayor longevidad en personas de 85 años o más.
Así se desprende de una investigación que se presentará en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología, que se celebrará en Barcelona entre este viernes y el próximo lunes.
Los autores del estudio indican que, independientemente de la edad, se recomienda a los adultos que realicen al menos 150 minutos a la semana de actividad de intensidad moderada o 75 minutos a la semana de actividad de intensidad vigorosa, o una combinación equivalente.
Sin embargo, el tiempo sedentario en las personas adultas tiende a aumentar con los años, mientras que la cantidad de actividad física disminuye.
«Es menos probable que los adultos cumplan con las recomendaciones de actividad a medida que envejecen», indica Moo-Nyun Jin, del Hospital Sanggye Paik de la Universidad de Inje (Corea del Sur), quien añade: “Nuestro estudio sugiere que caminar al menos una hora por semana es beneficioso para las personas de 85 años o más. En pocas palabras, camine durante 10 minutos todos los días”.
El estudio examinó la asociación entre caminar y los riesgos de mortalidad cardiovascular y por todas las causas entre adultos de 85 años o más. Los investigadores utilizaron información de la base de datos para personas mayores del Servicio Nacional de Seguro de Salud de Corea del Sur.
MÁS DE 7.000 PARTICIPANTES
El trabajo incluyó a 7.047 adultos de 85 años o más que se sometieron al Programa Nacional de Evaluación de la Salud de Corea entre 2009 y 2014. Los participantes completaron un cuestionario sobre la actividad física en el tiempo libre que preguntaba la cantidad de tiempo que pasaban cada semana caminando a un ritmo lento, realizando actividades intensidad moderada como ir en bicicleta y caminar a paso ligero, y actividades de intensidad vigorosa como correr.
La edad media de los participantes fue de 87 años y 4.813 de ellos (el 68,3%) eran mujeres. Se clasificaron en cinco grupos según el tiempo que pasaban caminando a paso lento por semana. Unos 4.051 (participantes (57,5%) no caminaban despacio, 597 (8,5 %) lo hacían menos de una hora, 849 (12,0%) caminaban de una a dos horas, 610 (8,7%) andaban de dos a tres horas y 940 (13,3%) caminaba más de tres horas por semana.
En toda la población de estudio de 7.047 adultos, un total de 1.037 (14,7%) participantes realizaron actividad física de intensidad moderada y 773 (10,9%) hicieron actividades físicas de intensidad vigorosa.
Solo 538 participantes (7,6 %) cumplieron con las recomendaciones de las guías para la actividad física de intensidad moderada a vigorosa. De los 2.996 que caminaban a paso lento todas las semanas, 999 (33%) también realizaban actividad física de intensidad moderada o vigorosa.
Los investigadores analizaron las asociaciones entre caminar, la mortalidad por todas las causas y la mortalidad cardiovascular tras ajustar la energía gastada en actividad física de intensidad moderada a vigorosa.
En comparación con las personas inactivas, las que caminaban al menos una hora a la semana (es decir, las tres categorías más altas de caminata) tenían un 40% y un 39 % menos de riesgo relativo de mortalidad cardiovascular y por todas las causas, respectivamente.
El Dr. Jin dijo: “Caminar se vinculó con una menor probabilidad de morir en los adultos mayores, independientemente de si realizaron o no alguna actividad física de intensidad moderada a vigorosa”, recalca Jin, que concluye: “Caminar incluso una hora cada semana es ventajoso para las personas mayores de 85 años en comparación con estar completamente inactivo. El mensaje es seguir caminando durante toda la vida”.