El Gobierno de Cantabria ha decidido adelantar la hora de inicio del toque de queda a las 22.00 horas a partir del sábado y durante 14 días para frenar la expansión de coronavirus y reducir la presión hospitalaria y en las UCI.
Así lo ha anunciado este jueves el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, que ha explicado que la curva por el momento no está bajando en Cantabria y por ello es necesario tomar más medidas para no llegar a situaciones como las de otras comunidades autónomas.
En este sentido, ha aclarado que Cantabria «no es que esté de las peores ni mucho menos», ya que hay 13 comunidades con mayor incidencia, pero ha advertido que si el ritmo de contagios sigue como en los últimos días -desde los 200 hasta el máximo registrado de 306- puede llegarse a «colapsar» el sistema sanitario.
El motivo de adelantar el toque de queda, que hasta ahora estaba fijado a las 00.00 horas, «no es otro que preservar la salud de los cántabros», ha dicho Revilla, que ha asegurado que entiende la preocupación de los sectores que ven mermada su actividad por las restricciones, pero «tenemos que hacerlo», ha sentenciado.
Especialmente se ha referido a la hostelería, aunque ha considerado que «nadie ha hecho más por este sector que Miguel Ángel Revilla».
Además, ha avanzado que el Gobierno «estará a la altura» y «va a arbitrar soluciones» para compensar las pérdidas de los diferentes sectores «en la medida de sus posibilidades», que se sumarán a las del plan especial de ayudas para bares y restaurantes que está preparando el Ejecutivo nacional, ha dicho.
Y por el momento se ha descartado el cierre total de la hostelería, que con el adelanto del toque de queda tendrá que cerrar a las 21.30 horas, aunque Revilla ha advertido que se tendrán que endurecer las medidas si la situación no mejora dentro de dos semanas.
«Por más que cada uno quiera defender su sector, es donde se produce mayor número de contagios», ha asegurado, recordando que la hostelería es el sector que más número de bajas laborales ha registrado por Covid, con 844 entre camareros, cocineros y ayudantes de cocina desde el 1 de septiembre.
CONFINAMIENTO DOMICILIARIO
Asimismo, no ha descartado que el Gobierno central tenga que actuar «de manera más dura» y decretar un confinamiento domiciliario en todo el país si no baja la curva de contagios, al igual que ha avanzado que es «muy probable» que se prorrogue el cierre de municipios en Cantabria, previsto inicialmente hasta el 18 de noviembre.
«Nunca he tomado medidas que no sean las dictadas por las autoridades sanitarias», ha sentenciado, destacando que las restricciones «no tienen otro objetivo que preservar la salud» y evitar aglomeraciones como las que se han dado este fin de semana en torno a establecimientos hosteleros.
Además, ha dicho que Cantabria ha sido de las comunidades «más flexibles» y siempre ha intentado «conciliar» las medidas sanitarias y la actividad económica, mientras que otras han sido «mucho más restrictivas», y ha explicado que el objetivo con estas actuaciones es que «en Navidad podamos nuevamente abrir la mano».
Por ello, ha apelado a la responsabilidad de los ciudadanos y ha comparado España con China, donde están «como si no hubiera pasado nada» porque «la gente es disciplinada» y cumple las recomendaciones sanitarias, mientras de aquí «hay personas que no lo cumplen, hay una relajación» y hay que ir «por la vía coercitiva», ha lamentado.
Así, ha dicho que está en contacto con la delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones, para intentar incrementar el número de agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que vigilen el cumplimiento del toque de queda y «que a las diez de la noche no se vea a nadie» por la calle.
«Hagamos esto para garantizar el futuro hasta que venga la vacuna», ha pedido.
VACUNA E INTERVENCIONES QUIRÚRGICAS
Y precisamente en cuanto a la vacuna frente al Covid, que sigue pensando que puede estar lista a finales de este año o principios del que viene tras las nuevas «buenas noticias», ha hecho otro llamamiento para que los ciudadanos estén dispuestos a ponérsela en cuanto las autoridades sanitarias indiquen que no conlleva riesgos.
«Desde luego, yo me pondré a la cola para ponérmela», ha asegurado el presidente, que ha lamentado que las encuestas señalan que la mayoría de personas son «muy reticentes» a ella. «De nada serviría que medio país no se la ponga», ha sentenciado.
Revilla ha hecho estas declaraciones en una rueda de prensa en la que ha estado acompañado por el vicepresidente regional, Pablo Zuloaga, y el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, que ha añadido al respecto que los acuerdos de compra de vacunas están centralizados en Unión Europea, que ya tiene acuerdos con cuatro casas comerciales -entre ellas con Pfizer, que ha anunciado que podría tener las dosis a final de año- y «no va a haber problemas para el abastecimiento».
Además, ha avanzado que se está trabajando ya en cuál será la estrategia de vacunación común para todo el país y el orden dentro de la población española.
Por otro lado, a preguntas de la prensa sobre la afección de la presión hospitalaria por el Covid a las intervenciones quirúrgicas programadas, Rodríguez ha anunciado que en los próximos días se decidirá si cambiar la programación de las operaciones si siguen aumentando los pacientes en las UCI.
Así, si no bajan, se dejará de operar a los pacientes que tras su intervención requieran estar un tiempo ingresados en Cuidados Intensivos.