Desde que la revista ¡Hola! reveló en su portada que Ana Obregón, de 68 años, se había convertido en madre de una niña por gestación subrogada en Miami, no se habla de otra cosa. La edad tardía de la presentadora, unido al método elegido para tener al bebé, y el complicado momento anímico que atraviesa por el fallecimiento de su hijo Aless Lequio y de sus padres, Antonio García y Ana María Obregón en apenas dos años han generado un debate sin precedentes.
Trendic topic en Twitter -donde está recibiendo feroces ataques, la acusan de comprar un bebé y la comparan con ‘El cuento de la criada’- su decisión de recurrir a un vientre de alquiler para ser madre ha llegado incluso a los pasillos del Congreso de los Diputados, e Irene Montero -que la ha acusado de ejercer «violencia contra la mujer»-, María Jesús Montero, Cuca Gamarra o Inés Arrimadas entre otros políticos se han manifestado en contra de lo que ha hecho Ana para volver a ser madre.
Un tema que ha abierto los telediarios de nuestro país, que ha copado la escaleta de programas como ‘Ana Rosa’, ‘Espejo Público’, ‘Ya es mediodía’, ‘Sálvame’, ‘Cuatro al día’ o ‘La Sexta Clave’ y sobre el que todos -quien más y quien menos- hemos dado nuestra opinión en las últimas 24 horas.
Una expectación y una polémica que Celia García Obregón, hermana de Ana, no entiende como así ha confesado muy seria esta mañana: «Estamos felices por Ana pero estamos alucinados de la que se ha montado. Por las críticas y por todo. Con los problemas que hay en España es acojonante de verdad que sea casi una cuestión de Estado todo esto. Es tristísimo» se ha lamentado.
Confirmando que los únicos que sabían la decisión de la bióloga de ser madre de nuevo eran su hermana Amalia, Alessandro (Lequio) y ella misma, la empresaria ha dejado claro que aunque su contacto con Ana es constante, y está «muy feliz» por el nacimiento de su pequeña, no piensa contar qué opina del debate que ha generado en nuestro país su maternidad por viente de alquiler a los 68 años: «Hablo con ella mucho pero no opinamos nada».