La toxina botulínica sirve para combatir las arrugas, aportando a la piel tratada una buena dosis de lozanía.
Esta toxina, popularmente conocida como bótox, ha marcado pauta en la forma de abordar el envejecimiento de la piel. Al día de hoy, un número considerable de personas acuden a este tratamiento para corregir las líneas de expresión que aparecen con la edad en el rostro. Por esta razón, los especialistas del Centro Estética El Pilar, en Madrid, ofrecen este tratamiento cosmético a quienes deseen mantener una apariencia lozana.
Toxina botulínica y sus beneficios
La toxina botulínica funciona bloqueando temporalmente las señales nerviosas que llegan a los músculos del rostro, de acuerdo con la gesticulación facial de cada persona. En este sentido, la acción de la toxina inhibe la contracción muscular excesiva que normalmente lleva a la formación de arrugas.
Cuando se inyecta en áreas específicas del rostro, como el entrecejo, el surco nasogeniano o la zona periocular, el bótox relaja los músculos y suaviza las líneas de expresión.
Para lograr el efecto deseado, profesionales médicos calificados evalúan cuidadosamente las necesidades individuales de cada paciente antes de aplicar las inyecciones en determinadas zonas de la piel, con el propósito de disminuir los signos de la edad sin afectar la expresión del rostro.
Además de reducir las arrugas y líneas de expresión, la toxina botulínica puede usarse para la prevención del envejecimiento prematuro. De hecho, especialistas en la materia afirman que comenzar a utilizar este producto antes de que las arrugas profundas se formen, ayuda a ralentizar el proceso de envejecimiento de la piel.
Otra de las ventajas destacadas de este tratamiento es que se trata de un procedimiento rápido, sencillo y que prácticamente no requiere de tiempo de recuperación significativo. En efecto, las personas vuelven a sus actividades diarias, con ciertas recomendaciones, casi de inmediato.
Cuidados básicos después del bótox
Los especialistas del Centro Estética El Pilar indican que si bien el paciente puede volver a su rutina prácticamente al momento, este debe seguir una serie de recomendaciones y cuidados que son muy básicos. Por ejemplo, no tumbarse en las cuatro horas posteriores al tratamiento, evitar tocar o presionar la zona durante las primeras 24 horas después de la aplicación del bótox.
Con relación a lo anterior, también se debe evitar el uso de accesorios que aprieten la cabeza como cascos, gorros de piscina o gafas de sol. Asimismo, tampoco se recomienda la práctica de cualquier tipo de deportes durante el día siguiente a la aplicación de la toxina botulínica. Algo que sí recomiendan los especialistas, durante las primeras horas que siguen al tratamiento, es gesticular de manera exagerada para extender bien el producto.