El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) ha lamentado «falta de ambición» en aspectos «importantes» de la nueva regulación de la tarjeta europea de discapacidad.
Los negociadores del Parlamento Europeo y del Consejo han alcanzado este jueves un acuerdo político para crear la nueva Tarjeta Europa de Discapacidad pensada para reforzar los derechos de quienes la posean cuando viajen dentro de la Unión Europea, de modo que se garantice su acceso a condiciones especiales y un trato preferente, por ejemplo en el transporte o al asistir a espectáculos.
Según ha señalado el CERMI, las instituciones europeas «han desatendido demandas relevantes del sector social de la discapacidad». En concreto, han expuesto que se trata de cuestiones como el acceso temporal a ayudas y subsidios por discapacidad cuando las personas con discapacidad se trasladan por motivos de trabajo o estudio al extranjero o la dotación financiera de la UE para apoyar la implantación efectiva de las tarjetas por parte de los Estados miembros.
Además, ha calificado de «insatisfactorio» que «se hayan permitido excepciones que autorizarán la exclusión de algunos servicios específicos en caso de que el acceso especial o los descuentos proporcionados dependan de evaluaciones adicionales».
También ha expuesto que son «claramente negativos» los largos plazos para la transposición y la aplicación de la Directiva. «Finalmente, los Estados miembros dispondrán de 42 meses para comenzar a proporcionar las Tarjetas, incluidos 30 meses para transponer la legislación. Esto supone que la tarjeta, si se cumplen esos plazos, no será un hecho hasta dentro de 4 años, como mínimo», ha afirmado.
Igualmente, ha precisado que el texto final de la Directiva necesita todavía la adopción formal del Consejo de la UE y del Parlamento Europeo, para a continuación ser publicada en el diario oficial europeo, momento en que comenzarán a contarse los plazos mencionados anteriormente.
En todo caso, el CERMI ha considerado esta nueva regulación europea un «refuerzo» de la dimensión inclusión europea y ha celebrado que España y su movimiento asociativo han tenido un papel «muy relevante» en su consecución final.
