El FC Barcelona ha logrado este martes el billete para los octavos de final de la Liga de Campeones al ganar al Oporto (2-1) en el Estadi Olímpic Lluís Companys, en la quinta jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones, en un duelo en el que remontó el 0-1 inicial gracias a ‘los Joãos’, que resurgieron del ostracismo reciente para ser claves en el futuro inmediato de su equipo en Europa.
Fuera miedos, fuera fantasmas del pasado. Adiós a caer en la fase de grupos. Tras dos temporadas de fracaso continental, el Barça por lo menos estará ya en el sorteo de los octavos de final y, además, con muchos números para ser líderes de este Grupo H que el Shakhtar Donetsk, con sus victorias ante Barça (en la última jornada) y Antwerp, se está encargando de apretar.
De menos a más, desperezándose y animándose con el paso de los minutos, el Barça reaccionó de inmediato al golpe del 0-1 y, en una segunda parte donde se acercaron al mínimo exigible en términos de juego (vistoso y efectivo), pudieron culminar la remontada con un peso específico de dos portugueses, exjugadores del Benfica (gran rival del Oporto); ‘los Joãos’.
No fue un partido brillante ni de esos que harán olvidar quejas recientes por el mal juego. Para nada. Pero sí fue un partido de esos que hay que hacer, en los que se consigue el objetivo y se ve una mejor actitud de buena parte de los jugadores, que cumplieron y con buena nota, por lo menos, en la segunda mitad del encuentro.
Ante esta ‘final’ por el liderato, si bien el Oporto deberá empatar contra el Shakhtar en la última jornada para seguir vivo, ambos equipos salieron a verlas venir, a intentar saber qué actitud tomaría el rival sobre el césped. Y fue el Barça el que se acercó más y antes a la portería contraria pero lo cierto es que el 1-1 al descanso bien pudo ser un resultado peor, de no ser por un Iñaki Peña espectacular.
El portero canterano, que sustituyó –como en el 1-1 ante el Rayo del pasado fin de semana en LaLiga– al lesionado Marc-André Ter Stegen, fue clave. Tuvo varias paradas decisivas, sobre todo en el primer tiempo pero, también, ya en el descuento con una firme parada a un tiro centrado, inocente, de Francisco Conceição (hijo del entrenador, Sérgio Conceição.
Pero fueron ‘los Joãos’ los que decidieron a favor del Barça. Decantaron el partido con un Cancelo espectacular como lateral zurdo, en su posición menos habitual, con internadas llenas de peligro que incluyeron el gol del empate, en el minuto 32 y apenas 2′ después del tanto inicial de Pepê para el Oporto, y una asistencia de victoria a su compatriota João Félix, que remató de primeras para acabar con una sequía vigente desde principios de septiembre.
Se tuvo que sufrir, en Can Barça, para variar en los últimos tiempos. Si dicen que ‘a la tercera, va la vencida’, el Barça arriesgó demasiado tentando a la suerte. Tras el gol anulado al Oporto con 0-0 y un paradón de Iñaki Peña, llegó una triple jugada del Oporto a la media hora de juego. El primer tiro lo desvió Jules Koundé, el segundo lo desbarató Peña –de nuevo clave– pero, el tercero, le cayó a Pepê para marcar a placer.
Pero al Barça no le dio tiempo para venirse abajo anímicamente porque João Cancelo dio aire al equipo de inmediato, apenas dos minutos después de encajar el 0-1. El esta noche lateral zurdo recibió un balón, encaró a João Mário y se fue hacia dentro para colocar el tiro al palo largo de Diogo Costa, que no llegó por poco a evitar el empate eléctrico del Barça.
Los de Xavi Hernández, muy activo en la banda, tuvieron el 2-1 pero no atinó João Félix, esta vez, a meter dentro una gran asistencia de Raphinha desde la derecha que era medio gol. No puso bien el cuerpo el luso y la envió al cielo de Montjuïc. Poco después, fue Raphinha quien perdonó el 1-2 al disparar fuera tras recibir un rechace involuntario de la defensa del Oporto.
La charla del técnico de Terrassa en el vestuario, o arenga propia de los jugadores, fue efectiva porque el Barça mejoró mucho en el segundo tiempo. Y, en una de las jugadas en campo contrario, en el 57′, llegó el gol de ‘los Joãos’ gracias a una pared por la banda izquierda del ataque blaugrana, con pase de João Félix a João Cancelo y este se la devolvió para que el delantero, de primeras y con el interior del pie derecho, marcara el 2-1 para reservar el billete a octavos para el Barça. Tanto que al final fue decisivo.
Como en el Estádio do Dragão, el Oporto no se rindió y buscó el gol del empate que les dejara más cerca del pase a octavos, que no tienen. En una jugada de carambola rozaron el empate, pero es cierto que el Barça no se metió atrás y no especuló y también tuvo varias ocasiones claras para sentenciar con un 3-1 que no llegó, a veces por falta de un buen pase final y otras, como en una chilena espectacular de Raphinha que sacó con grandes reflejos Diogo Costa.
El ATLETI GOLEA
El Atlético de Madrid se clasificó este martes para los octavos de final de la Liga de Campeones, gracias a su victoria en Róterdam (Países Bajos) por 1-3 contra el Feyenoord, fraguada con dos goles en propia puerta del equipo neerlandés y con un golazo de Mario Hermoso, aunque también con algo de fortuna en su ejecución.
Los pupilos de Diego Pablo Simeone llegaban a De Kuip sabiendo que la Lazio había ganado (2-0) al Celtic en el primer turno de la jornada, así que un triunfo del Feyenoord apretaría todo muchísimo de cara a la última fecha del calendario. Y con ese acicate salieron al campo los locales, guiados por el joven gambiano Yankuba Minteh en dos fogonazos.
Primero fue con un zurdazo centrado y a media altura, que atrapó Jan Oblak sin problemas, y luego mediante otro disparo raso con la zurda, que de manera providencial despejó a córner Josema Giménez. Encadenó el Feyenoord un par de saques de esquina peligrosos, especialmente con un remate en escorzo del central David Hancko en el segundo palo.
Pero pasado el susto, el Atlético respondió con un mano a mano que Álvaro Morata desperdició por una buena parada de Justin Bijlow. Eso sirvió como preludio del 0-1, autogol de Lutsharel Geertruida tras un malentendido con su portero; en un balón devuelto por Marcos Llorente al corazón del área, Geertruida lo tocó con el abdomen ante la llegada de Axel Witsel.
Bijlow se quedó haciendo la ‘estatua’, pensando que su compañero iba a despejar con contundencia o incluso que Witsel iba a rematar, y la inercia del leve toque de Geertruida hizo que la pelota entrase en el arco. Una fugaz confusión que lastró al Feyenoord bastante rato, pues Morata siguió buscando el gol y anduvo cerca en dos ocasiones posteriores.
Aunque el delantero madrileño tenía la mirilla desviada, el Atlético se adueñó de la posesión gracias a la labor de Antoine Griezmann como enganche entre él y los tres centrocampistas. Junto a Llorente, el capitán Koke Resurrección y Rodrigo De Paul encajaron bien, evitando que el equipo rival incordiase nuevamente a Oblak hasta casi el descanso.
Hubo, eso sí, un remate envenenado de Santi Giménez y más tarde una jugada de Minteh en la que reclamó penalti, después de haber hecho un recorte sobre Josema Giménez; sin embargo, el zaguero uruguayo ni rozó la bota del gambiano en su estirón sobre el césped, y el árbitro inglés Anthony Taylor no dudó en dejar seguir la acción.
Al regreso de vestuarios, se repitió la dinámica del primer tiempo con el conjunto local achuchando. Para espantar miedos, Griezmann voleó con la zurda un pase medido de Mario Hermoso desde la banda izquierda, y la pelota se estrelló en la cepa del poste mientras Biljow se estiraba tarde.
Movió pronto Simeone su banquillo, sustituyendo a Llorente por Pablo Barrios, y ahí encontró oro. Al poco de salir al terreno de juego, Barrios volcó el ataque al lado izquierdo y ganó metros para que, de un saque de banda, él mismo diese una asistencia picada a Hermoso; el zaguero colchonero, en su afán por centrar de primeras, sorprendió con un golazo de vaselina al palo largo y situó el 0-2 en el minuto 57.
LA FORTUNA SONRÍE DOS VECES
El equipo entrenado por Arne Slot acusó el golpe y se salvó por los pelos del 0-3, en dos contras lanzadas por Rodrigo Riquelme desde el carril izquierdo; primero con una arrancada poderosa y cuyo centro no llegó a Morata, y a continuación pasando a la banda opuesta, para que De Paul rematase por encima del travesaño una asistencia de Nahuel Molina.
Por parte del Feyenoord, Ayase Ueda era la mejor baza para buscar arriba. No en vano, el japonés había entrado al descanso y protagonizó dos tiros con riesgo para Oblak, uno de los cuales precedió al 1-2 en un córner (77′). Botado por Luka Ivanusec, recién entrado al campo, ese saque de equina fue cabeceado a gol por Mats Wieffer, más hábil que la zaga visitante.
No obstante, la suerte volvió a sonreír a los de Simeone en el momento idóneo y eso dejó el partido sentenciado. Merced a una falta lateral, Molina a pie cambiado colgó al primer palo y Santi Giménez sin querer metió la pelota en su portería, mientras intentaba que Memphis Depay no rematase en su salto; Biljow no pudo hacer nada, más que lamentarse.
Faltaban nueve minutos y lo que añadiese Anthony Taylor, pero tanto los jugadores locales como las gradas de De Kuip se chocaron con la realidad de su eliminación de este torneo. Con seis puntos después de cinco jornadas, el Feyenoord se quedará finalmente con el tercer puesto del Grupo E. Mientras, el Atlético alcanzó los 11 puntos y se jugará el liderato definitivo contra la Lazio, también clasificada con 10 puntos.