El Inter de Milán ha ganado este martes por 0-2 al SL Benfica, gracias a los goles de Nicolò Barella y de Romelu Lukaku, en la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones, desatascando así un partido sin demasiado brillo y que ha dejado la definición de esta eliminatoria para la vuelta en tierras milanesas.
Da Luz esperaba un duelo vibrante que decepcionó en sus primeros minutos, con ambas defensas bien colocadas y sin conceder margen de maniobra a los atacantes rivales. No en vano, la primera oportunidad clara estuvo en botas de un defensa central, merced a un lanzamiento lejano de Francesco Acerbi en el minuto 25.
Su fuerte tiro se marchó alto, rozando el larguero y haciendo que el portero rival Odysseas Vlachodimos se desperezase. Era la respuesta visitante a otro disparo ejecutado minutos antes por João Mário, después de una gran combinación de los jugadores locales. El trabajo ofensivo del Benfica recaía en João Mário y poco más, sin alardes antes del descanso.
Se animó el encuentro al regreso de los vestuarios, sobre todo cuando el Inter inauguró el marcador con un testarazo cruzado de Barella. En una llegada en oleada de varios interistas, habiendo entrado en el área desde el pico derecho, Barella aprovechó así un buen centro de su compañero Alessandro Bastoni desde el lado opuesto.
El cabezazo superó a Vlachodimos y calmó al cuadro visitante, que supo contemporizar y rozó el 0-2 con otro remate de cabeza. Su autor fue el interior neerlandés Denzel Dumfries, igualmente entrando al área por la banda derecha y también a centro de Bastoni. Jugada calcada al gol previo, pero que esta vez fue desbaratada por Vachlodimos en primera instancia y por Morato en el rechace.
El Benfica se estaba salvando con apuros hasta que entonces intervino el VAR para hundir aún más al público de Da Luz. João Mário había tocado con el brazo un centro lateral efectuado por Dumfries. El árbitro, Michael Oliver, revisó la jugada por televisión y decretó la pena máxima para que Lukaku sentenciase el triunfo ‘neroazzurro’ (min.82).
Los locales parecían bastante anestesiados, generando en ataque apenas una jugada embarullada en el área pequeña que no supieron resolver ni en tres ocasiones. Luego hubo un disparo desde la frontal, tras una jugada entre David Neres y Gonçalo Ramos, pero el balón se marchó a córner.
ONANA, CON POCO TRABAJO HASTA LA ÚLTIMA JUGADA
El guardameta del Inter, el camerunés André Onana, había sufrido poco durante toda la noche e incluso desesperó a Gonçalo Ramos en el tiempo añadido, cuando la mayor parte de las gradas lisboetas ya cantaban el 1-2 que les hubiera abierto las puertas de la remontada en el duelo de vuelta.
A la carrera, Ramos encontró un resquicio para ganar la espalda de los centrales interistas, tras un buen pase filtrado, y disparó con la bota izquierda buscando el palo contrario; pero Onana, bien posicionado, evitó la diana y resguardó la ventaja de dos goles para su equipo.
El estadio de San Siro decidirá al semifinalista el próximo 19 de abril (21.00 horas), con un Benfica que deberá exhibir mucha más mordiente si pretende remontar la eliminatoria. Por su parte, el Inter querrá volver a mostrar pragmatismo y carácter resolutivo.