El Real Madrid se impuso (1-0) al bien organizado y novato Union Berlin alemán en su debut en la Liga de Campeones 2023-2024, en un encuentro gris y sin ideas de los blancos, que sin embargo sí disfrutaron de ocasiones suficientes para abrir el marcador, y fue en el descuento cuando un Jude Bellingham que no tuvo su mejor día dio el gol del triunfo merengue para dejar la victoria en casa y prolongar su pleno de triunfos en este inicio de temporada.
El conjunto blanco no tuvo el debut soñado en la Champions, sin la fluidez habitual y sin apenas profundidad. Ni Bellingham, ni Modric, ni Rodrygo, llamados a liderar al Real Madrid que Ancelotti puso hoy en el campo tuvieron su mejor día. Aún así, los merengues sí acabaron cercando a un equipo alemán que fue de más a menos, aunque nunca se vio intimidado por un Bernabéu que apretó en los instantes finales.
Tras 32 remates totales, fue en esos minutos finales cuando mejor se sintió el Real Madrid, aupado por el aura que siempre genera el feudo madridista en estos duelos cuando se acerca el final y su equipo les necesita. En el descuento, Bellingham aprovechó un balón suelto en el área pequeña para alegrar a la parroquia merengue y provocar e éxtasis en el Bernabéu.
Los alemanes saltaron al césped del Bernabéu con desparpajo y sin complejos, muy bien plantados ante un Real Madrid que quería ser protagonista con el balón. Y así fue en la primera combinación, cuando Modric ya enfilaba en campo contrario sin oposición y Tousart, que fue amonestado, le derribó. Los alemanes también se acercaron en un par de ocasiones a la meta de Kepa en los primeros instantes, aunque sin premio.
El conjunto merengue, muy preciso en el inicio -solo falló un pase en los primeros 15 minutos- también tuvo sus opciones prematuras, sobre todo con un testarazo claro de Joselu tras un centro medido de Lucas Vázquez y ante una zaga alemana de tres centrales algo blanda, pese a la jerarquía del veterano Bonucci. A partir de ese tanteo inicial, más igualdad y juego algo más trabado, con menos pulsaciones y los dos equipos más espesos.
El encuentro entró en un estado soporífero, sin apenas profundidad en ambos equipos y el Real Madrid acercándose solo con disparos lejanos, Alaba de falta y Tchouameni desde la frontal. Los blancos combinaban bien, pero el último pase no era acertado, echando de menos a los habituales Carvajal y Fran García por los costados. El gris partido de los merengues pudo empeorar después de una fuerte entrada del pivote francés en la que se jugó la expulsión.
Ya en el descanso, los dos equipos salieron algo revolucionados. El primero en desperezarse fue el equipo alemán, con un disparo de Gosens al lateral de la red. Esto despertó a un despistado Real Madrid, que disfrutó acto seguido de una triple ocasión, con dos remates de Rodrygo -uno de ellos al palo y otro de Camavinga desde la frontal. Un arreón que hizo crecer a los blancos, con un Modric -que acumuló 16 pérdidas-más protagonista.
También espabiló el público merengue, que empezó a ver un Real Madrid más reconocible, aunque esa ebullición duró poco, volviendo los blancos al juego tosco que predominó en la primera mitad. Las ocasiones de los merengues caían a cuenta gotas, y fue en otro arreón cuando Joselu tuvo la más clara, también de cabeza, pero su remate fue directo al palo, después de que Ronnow la rozara.
Con el crono apretando, el encuentro empezó a coger tintes de locura y ambos equipos comenzaron a partirse, con un Real Madrid más vertical gracias a la entrada de Valverde. Después de una contra liderada por Becker que no supo culminar, los blancos volvieron a cercar a os alemanas y gozaron de un par de buenas ocasiones, pero ni Rodrygo ni Bellingham estaban finos.
Sin mucha lucidez ni fluidez, el Real Madrid fió sus opciones a centros laterales y contragolpes, pero la receta no terminó de ser la acertada, generando también espacios para los alemanes, que tampoco estaban muy por la labor.
Joselu, que acabó el partido con 11 remates, y Rodrygo fueron los más activos en los minutos finales, espoleados por Valverde y Brahim, mucho más frescos en esas idas y venidas en la que se movía el duelo. El ariete blanco reclamó un penalti por mano cuando remató tras girarse dentro del área, pero el colegiado noruego tuvo claro que no hubo nada punible.
Y cuando parecía que el empate se confirmaría, ya en el descuento, apareció un Bellingham que, incluso cuando no está bien, parece tocado por la varita. Tras un remate fuerte de Valverde, el inglés cazó el rechace y la empujó sin oposición. Este triunfo ‘in extremis’ permite respirar al Real Madrid, que llegará al derbi con pleno de triunfos en su fulgurante inicio de curso.