El FC Barcelona recibe este martes al Nápoles en el Estadi Olímpic Lluís Companys (21:00) en la vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones, en una eliminatoria igualada tras el 1-1 de la ida y que los blaugranas, que buscan estar en cuartos y seguir vivos en la ‘Champions’ por pimera vez en cuatro años, esperan cerrar a su favor en una noche mágica en Montjuïc, en su primera ‘final’ en este tramo final de temporada.
Se espera una noche grande en la montaña olímpica de Barcelona, con un gran ambiente en el estadio que ayude a los de Xavi Hernández, que ha pedido a su afición que sea el jugador número 12, a intentar meterse en esos cuartos de final tan añorados en el club blaugrana, ya que no los juega desde la temporada 2019/20, cuando cayó casi deshonrado por el Bayern de Múnich (2-8) en partido único.
Desde entonces, una eliminación en octavos ante el PSG en 2021 y los dos estrépitos seguidos en la fase de grupos de 2022 y 2023. Así que esta temporada, sólo por haber superado esa recientemente ‘temida’ fase inicial, ya es mejor. Pero los de Xavi no quieren que se detenga aquí la mejora y quieren volver a estar entre los ocho mejores equipos de Europa.
Para ello deberán ganar a un Nápoles que está en clara línea ascendente. Desde la llegada al banquillo de Francesco Calzona, que debutó justo contra el Barça en el duelo de ida en el Diego Armando Maradona, los napolitanos han sumado dos victorias y dos empates. Ninguna derrota para seguir vivos en esta ‘Champions’, ya que una victoria les da el pase rápido a cuartos, y que les sitúa séptimos en la Serie A, en mejor posición que cuando llegó el nuevo técnico.
Los blaugranas también está en cierta mejora, con una serie de tres partidos sin perder y, sobre todo, sin encajar un solo gol. Dos victorias, contra Getafe (4-0) y Mallorca (1-0), y un buen empate en San Mamés contra el Athletic Club (0-0) hacen que el equipo llegue con buenos ánimos a este partido contra el Nápoles que, casi seguro, es el duelo más importante en lo que va de campaña.
Y es que el Barça se juega estar de nuevo, cuatro años después, entre los mejores del ‘Viejo Continente’ y, con ello, cumplir con el presupuesto económico y no dejar de cobrar un dinero que es oro, nunca mejor dicho, en Can Barça. En el vestuario no piensan en esa presión añadida de la parte económica pero, en el palco, seguro que sí. Así que hay motivos de sobra para mostrar la mejor cara, la mejor versión, en el césped de Montjuïc.
No estarán en el verde hombres importantes en los esquemas de Xavi Hernández. Y no lo pondrá como excusa, pero lo cierto es que no ha podido recuperar a Ferran Torres, que Marcos Alonso todavía no está para ayudar y, en la peor de las noticias, perdió recientemente a dos de sus titulares en la medular; Frenkie de Jong y Pedri. Bajas que se suman a las de Gavi y Balde.
En el lado positivo de la balanza está que Pau Cubarsí, el central de la Masia que está en boca de todos, tiene muchos números para volver a ser titular, esta vez en ‘Champions’ y a diferencia de lo sucedido en la ida. Cubarsí y Lamine Yamal, otro ‘niño’ ya consagrado y más conocido, están en un gran momento y son el complemento perfecto a la veteranía de los Lewandowski o Gündogan, que deberán dar un paso al frente sí o sí.
Y es que el Barça llega a esta cita como ligero favorito, por el mero hecho de jugar como local, pero más merdado físicamente y en cuanto a efectivos que el Nápoles, que ya tiene rodado del todo a una de sus grandes estrellas, el delantero nigeriano Victor Osimhen, que en la ida jugó todavía cansado de la Copa África. Así que el paso de las semanas ha jugado, sobre el papel, a favor de los napolitanos, que llegan sin bajas y con un tridente de aúpa arriba: Politano, Osimhen y Kvaratskhelia.
En la ida, en el Stadio Diego Armando Maradona, el Barça perdió una gran oportunidad de desequilibrar la balanza. Estaba el Nápoles con entrenador nuevo y sin tiempo de inculcar nada. Con Osimhen menos rodado. Se vio encerrado en su área y superado por un Barça que fue mejor en buena parte del partido. Pero los blaugranas, que tan solo dejaron que el rival tirara a puerta en una ocasión, encajó el gol del empate.
Mala suerte para algunos, malas vibraciones para otros. Quizá falta de confianza para todos. El Barça no estuvo fino en las áreas y ese empate lo confirmó, ya que llegó a jugar de notable alto en la primera parte y de bien al inicio de la segunda, con solo un gol en su haber, obra de Robert Lewandowski en el 60′. Y, por contra, el Nápoles respiró con el gol de Osimhen (75′) en la única acción de peligro en el área de Marc-André Ter Stegen.
Quedan 90 minutos, si no más, para resolver esta eliminatoria que es importante para ambos clubes. De hecho, en el Nápoles, su presidente, Aurelio De Laurentiis, prepara una prima millonaria para sus jugadores si ganan al Barça y logran estar en el siguiente Mundial de Clibes. En el Barça, lo dicho; ganar es prestigio y dinero necesario. El Barça debe hacer de Montjuïc un fortín, seguir dejando su portería intacta y estar más fino que en la ida para que Montjuïc sea una fiesta completa. Llega la primera ‘final’ de ‘Champions’ en cuatro años.