El Real Madrid empató (1-1) este miércoles ante el Leipzig en la vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones 2023-2024, en un poco atractivo partido de los locales, que certificaron su pase a cuartos tras refugiarse en un gol de Vinícius, sufriendo hasta el final, y sobrevivir a los peligrosos acercamientos alemanes, que igualaron con un tanto de Orbán.
Los pupilos de Carlo Ancelotti completaron un pobre y muy gris encuentro en el que todos los jugadores estuvieron por debajo de su nivel. La falta de actitud y garra desesperó incluso al Bernabéu, que se tuvo que contentar, ya en la segunda mitad, con un gran tanto de Vinícius a la contra asistido por Bellingham.
Los alemanes, que terminaron muy cansados, respondieron rápido y empataron rápido y creyeron hasta el final –pudieron igualar la eliminatoria con un balón al larguero en el descuento–, embotellando incluso al 14 veces campeón de Europa, disfrutando de ocasiones de todos los colores, aunque no sin el suficiente colmillo para asaltar el feudo madridista. El empate corta el pleno de triunfos continental del Real Madrid, que pasa a cuartos invicto (7V y 1E).
Con el 0-1 de la ida en la cabeza, el Real Madrid arrancó el partido en un Bernabéu techado algo contemplativo sin balón, con un sistema inédito a la hora de presionar. Con un centrocampista más de lo habitual y con Bellingham como referencia en el centro del ataque, los blancos sufrieron varias embestidas de los alemanes en las botas de Openda, aunque sus dos disparos claros se marcharon algo desviados.
Además, Sesko mandó al cuerpo de Lunin un mano a mano que no valía por fuera de juego. Antes, un conjunto madridista más tímido ofensivamente se conformó con un remate estéril por encima del larguero de Vinícius a centro lateral de Tchouameni. Y es que los blancos no se encontraron cómodos en un inicio gris y poco ambicioso.
Los alemanes se aprovecharon de un centro del campo merengue algo perdido y muy lejos de los duelos, una situación que les permitió en varias ocasiones embotellando a los de Ancelotti. Bellingham cazó un buen envío profundo de Valverde en la derecha, pero se encontró con un acertado Orban con su remate.
Rozando el descanso, el conjunto alemán disfrutó de la mejor ocasión de nuevo a remate de Openda a la salida de un córner, con un disparo demasiado potente que se fue arriba. El Bernabéu, disconforme, no perdonó la falta de entrega y actitud de su equipo en los primeros 45 minutos y acompañó la marcha a vestuarios con una fuerte pitada.
El cambio de Rodrygo Goes por Camavinga en el descanso demostró que Ancelotti no estaba contento con el desempeño de la primera parte. Pero no consiguió el efecto deseado, y fue el Leipzig el primero en meter miedo, con Lunin llegando tarde a un envío largo de Raum, dejando a Openda solo ante la portería, pero algo escorado, lo que dio tiempo al ucraniano a recuperar la posesión con las manos.
El partido siguió por los mismos derroteros y se detuvo durante unos minutos por un empujón de Vinícius a Orban sin balón por el que recibió la amarilla, aunque al límite de la agresión. El Real Madrid continuó jugando con fuego, muy contemplativo y permitiendo que los alemanes cruzaran líneas casi sin oposición.
El letargo madridista desapareció solo con una veloz arrancada por la izquierda de Vinícius desde el centro del campo, llegando a línea de fondo dejando un balón atrás que Bellingham finamente estrelló en Rodrygo, mientras el Bernabéu esperaba una reacción de su equipo, dada la envergadura del partido. Y esta llegó en las botas de Rodrygo, con el primer remate a puerta de los blancos, pasada la hora de juego, aunque desvió bien Gulácsi.
Acto seguido llegó la contra que necesitaba el Real Madrid. Jude Bellingham recogió el balón recuperado por Toni Kroos y contemporizó de forma brillante su carrera para servir una fantástica asistencia a Vinícius, que de primeras hizo el 1-0 y desestresó al estadio.
El marcador de 2-0 en la eliminatoria no amedrentó al Leipzig, que siguió intentándolo, y encontró la recompensa solo tres minutos después, con un remate certero, ganando a Nacho en el salto, del capitán Orban al envío de Raum. El empate recuperó el runrún y la incertidumbre, aunque el partido se volvió más abierto y eléctrico.
Eso también beneficio a los de Marco Rose, que perdonaron lo imperdonable, ávidos ante las desconexiones y la desconcentración del conjunto madridista. Las pérdidas constantes caracterizaron la versión de la recta final de un Real Madrid encerrado atrás, salvo destellos de Vinícius y Bellingham. Además, sufrieron mucho a balón parado, en casi un asedio futbolístico del Leipzig.
Rodrygo tuvo la sentencia en la recta final, pero lo hizo todo bien menos su disparo ya en el área. Y es que los madridistas terminaron pidiendo la hora, muy encerrados y viendo cómo Dani Olmo mandaba al larguero un balón volado en la última ocasión para los alemanes, que rozaron la gesta.