El Atlético de Madrid empató (2-2) este miércoles en su visita al Celtic FC, merced a un partido agridulce donde el francés Antoine Griezmann y el español Álvaro Morata marcaron los goles colchoneros, durante una jornada 3 en la Liga de Campeones que apretó su Grupo E gracias a este resultado y al del Feyenoord vs Lazio (3-1).
La victoria a media tarde del club de Róterdam obligaba al Atlético a sacar tajada de Celtic Park, pues su bagaje de cuatro puntos igualaba con el de la Lazio y era una buena oportunidad para alejarse, tanto de los romanos como del propio equipo de Glasgow. Incluso alcanzar el liderato era factible ganando, pues el Feyenoord luce seis puntos.
Pero los días previos a jugar ante el Celtic habían vivido tensión innecesaria para los intereses colchoneros, todo a raíz de llevar la misma indumentaria que el Atlético vistió en 1974 para las semifinales de la extinta Copa de Europa. Entre las fotos con la camiseta entera de color rojo y el alboroto de un estadio entregado a la polémica, los futbolistas visitantes empezaron con la ‘caraja’.
En la primera acción ofensiva del Celtic, sin haberse cumplido aún el minuto 4, el japonés Kyogo Furuhashi se plantó en el pico del área derecha e hizo una pared con su compañero Matt O’Riley; éste le filtró un pase raso con clase, pillando lento a Javi Galán en lo que suponía su primera titularidad del curso bajo las órdenes de Diego Pablo Simeone.
El esprint de Furuhashi valió un fugaz mano a mano con Jan Oblak, y el delantero nipón no lo malgastó; con la zurda, batió al portero esloveno en su salida y puso el 1-0 en el marcador. De modo paradójico, los pupilos de Simeone mostraban una solvente versión, si bien faltaba conectar arriba con Álvaro Morata y con Antoine Griezmann.
Por parte del cuadro local, el también japonés Daizen Maeda se erigía en el principal referente del ataque. El Celtic había encontrado un filón en la banda izquierda de Javi Galán, cuyo entendimiento con Mario Hermoso dejaba mucho que desear. Además, la medular colchonera tardó en carburar, con un tímido zurdazo de Saúl Ñíguez como acción más destacada.
Tuvo que aparecer Nahuel Molina, en su estatus de carrilero derecho, para agitar al Atlético y auspiciar las ganas de agradar de Griezmann. A punto de cumplirse el minuto 24, Molina realizó una pared con su compatriota Rodrigo de Paul, como tantas y tantas veces hicieron en la selección argentina hace un año hasta coronarse como campeones del mundo.
De ese movimiento nació una internada de Molina en el área rival, siendo trabado por Greg Taylor. El árbitro alemán Felix Zwayer no dudó y decretó penalti, que lo tiró Griezmann al poste con la zurda; el guardameta Joe Hart rozó el lanzamiento, pero el propio ‘7’ del Atlético aprovechó el rechace para empujar el 1-1 a la red con la bota diestra.
Sin casi tiempo para saborear el gol, los pupilos de Brendan Rodgers volvieron a adelantarse en una jugada de banda a banda. Maeda, esta vez por la izquierda, envió la pelota al otro lado; su pase sobrevoló el área defendida por Oblak y acabó en pies del hondureño Luis Palma, que domó el balón y enganchó un potente derechazo que entró después de tocar el palo.
Nuevamente habían quedado ‘retratados’ Galán y Hermoso en sus posiciones, agujero que el ‘Cholo’ Simeone quiso tapar mientras barruntaba qué cambiar durante el intermedio. Antes de esa instancia, Axel Witsel marcó lo que habría sido el 2-2, en una falta lejana que sacó Griezmann y prolongó de cabeza el montenegrino Stefan Savic; pero el belga se encontraba en fuera de juego al momento de rematar.
Sí que se vio el empate válido al regreso de vestuarios, toda vez que Simeone había efectuado cambios. Con Rodrigo Riquelme y Marcos Llorente sobre el campo, su equipo ganó ritmo por los costados. De hecho, de una arrancada de Llorente nació el 2-2, con un centro suyo que botó en el corazón del área y que Morata cabeceó con destreza al fondo de las mallas.
A rebufo de esa dinámica, el mismo Morata puso en apuros a Hart con un zurdazo demasiado centrado y luego Griezmann merodeó el gol olímpico. Se sumó a esas tareas Ángel Correa, sustituto de Morata en el minuto 73 y que ejecutó un par de disparos también con veneno sobre el arco de un Celtic apagado.
Sin embargo, en la recta final se despertaron los de Rodgers. El motivo fue la expulsión de De Paul en el 82′, al recibir la segunda tarjeta amarilla en un balón dividido. Lo intentó James Forrest con un tiro en el 86′, que se marchó por encima del travesaño en el preludio del asedio que los locales buscaron hasta el pitido definitivo de Zwayer.
Salvo un par de infructuosos saques de esquina por parte del equipo escocés, el Atlético no sufrió y amarró bien el empate con 10 hombres. Esta cosecha ubicó a los del ‘Cholo’ con cinco puntos, justo detrás del líder Feyenoord y por encima de la Lazio. Por su parte, el Celtic siguió colista con un único punto en su casillero.