La nueva regulación de la Administración China del Ciberespacio, según la cual los internautas serán responsables si pulsan «me gusta» en informaciones consideradas «negativas», entra en vigor hoy.
El organismo regulador promulgó a finales de noviembre una nueva versión de sus reglamentos que establece que los «me gusta» equivalen a un comentario y, por tanto, los autores tienen la misma responsabilidad ante las plataformas y las autoridades.
Las reglas estipulan que los comentaristas deberán cumplir «las leyes», seguir «el orden público y las buenas costumbres», promover «los valores fundamentales socialistas» y abstenerse de publicar «información prohibida por los reglamentos estatales pertinentes».
Ni las plataformas ni los usuarios podrán «engañar a la opinión pública», dispone la institución.
Entre algunos de los contenidos que el organismo considera «negativos» o «perjudiciales» se encuentran los que «atentan contra el honor y los intereses nacionales», «difaman o niegan las hazañas y el espíritu de héroes y mártires», «promocionan el terrorismo», «incitan al odio étnico», «difunden rumores» o «perturban el orden económico y social».
La Administración del Ciberespacio insta a las plataformas a «mejorar la revisión de los comentarios en publicaciones» y a «inspeccionar en tiempo real».
En las últimas semanas, cuando se produjeron protestas tanto virtuales como presenciales en las grandes ciudades chinas contra la política de ‘cero covid’, numerosos internautas recordaron la inminencia de las nuevas regulaciones en sus publicaciones críticas con las políticas del Gobierno: «Rápido, pulsen me gusta mientras todavía podemos» y fórmulas similares fueron un mensaje habitual.
«Supone un retroceso de diez mil pasos. ¿Quién establece qué es información negativa?», lamentaba un usuario en la red social Weibo, plataforma similar a Twitter, bloqueada en el país.
En julio, las redes sociales chinas como Weibo anunciaron una campaña contra los mensajes homófonos o caracteres chinos mal escritos, usados por los internautas del país para burlar la censura.
Unos meses antes, las autoridades chinas emitieron un código de conducta con 31 «malos hábitos» para los influentes en el que se les prohibía difamar a la cultura del país, las figuras históricas o héroes nacionales, además de instarles a evitar la promoción de temas considerados delicados.
China es el país con más internautas del mundo (más de 1.000 millones) pero a la vez uno de los que ejercen mayor control en los contenidos de la web, como muestra el hecho de que sitios populares como Google, Facebook, Twitter o YouTube estén bloqueados en el país desde hace años.