Tesla ha sufrido una nueva prohibición en China después de que el gobierno decretara que sus vehículos no puedan circular en el distrito de Beidaihe, sede del cónclave anual del partido del gobierno. Así mismo, ningún Tesla podrá circular en esta ciudad costera por ser de una reunión de “asuntos nacionales”.
Beidaihe, un balneario al este de Pekín, tradicionalmente organiza un cónclave de verano de los principales líderes de China donde discuten movimientos de personal e ideas políticas a puerta cerrada. Generalmente, no se suele anunciar formalmente las fechas de la reunión.
El año pasado, el ejército chino prohibió que los automóviles Tesla ingresaran a sus complejos, citando preocupaciones de seguridad sobre las cámaras instaladas en los vehículos.
Elon Musk, dueño de la empresa, dijo en ese momento que los autos de Tesla no espiaban en China ni en ningún otro lugar, y que la compañía cerraría si lo hacía. Meses después, Tesla dijo que todos los datos generados por los autos que vende en China se almacenarían en el país.
Los fabricantes de automóviles han estado equipando cada vez más los vehículos con cámaras y sensores que capturan imágenes del entorno de un automóvil. El control de cómo se usan esas imágenes y dónde se envían y almacenan es un desafío que surge rápidamente para la industria y los reguladores de todo el mundo.