China prohibirá el Bluetooth y AirDrop para regular la conexión de sus ciudadanos

Redacción

El gobierno de China está proponiendo nuevas regulaciones que restringirían el uso de servicios de compartición de archivos como AirDrop y Bluetooth. Esta medida es vista como un intento de afianzar aún más el control del gobierno sobre la información y reprimir la disidencia. Estos sistemas vienen siendo usados de manera intensa en el sistema de trenes de Shanghai por parte de activistas para organizar protestas contra el gobierno del presidente Xi Jinping,

Las propuestas, presentadas por la Administración del Ciberespacio de China (CAC, por sus siglas en inglés) el martes, requerirían que los usuarios se registren con su nombre real antes de utilizar los servicios de compartición de archivos. Además, el servicio se encontraría desactivado de forma predeterminada, y se exigiría a los usuarios «prevenir y resistir la producción, copia y distribución de información indeseable».

Los activistas afirman que las nuevas regulaciones dificultarían mucho más compartir información y organizar protestas. También sostienen que esta medida es una señal de que el gobierno chino se está volviendo cada vez más intolerante ante la disidencia.

«Las autoridades están desesperadas por tapar los vacíos en Internet para silenciar las voces opositoras», dijo Lin Shengliang, activista de derechos humanos con sede en los Países Bajos a BBC. «China se está acercando a 1984».

Es probable que las nuevas regulaciones tengan un impacto significativo en la industria tecnológica china. Los desarrolladores de teléfonos y aplicaciones que deseen seguir operando en China deberán cumplir con las nuevas normas, o de lo contrario podrían ser prohibidos en las tiendas de aplicaciones del país.

Esta medida también tendrá un efecto inhibidor en la libertad de expresión en China. Los activistas afirman que dificultará mucho más compartir información y organizar protestas, y que reprimirá aún más la disidencia en el país.

A pesar de las nuevas regulaciones, Lin Shengliang confía en que el pueblo chino seguirá luchando por sus derechos.

«Encontraremos nuevas formas de expresarnos», dijo. «Si somos valientes y permanecemos unidos, no seremos silenciados».

China tiene una larga historia de censura. El gobierno ha controlado estrechamente el flujo de información durante décadas, y Internet no es una excepción. El gobierno opera una vasta red de censores que trabajan para bloquear sitios web, eliminar contenido y rastrear a los disidentes.

En los últimos años, el gobierno se ha vuelto cada vez más agresivo en sus esfuerzos de censura. En 2014, lanzó una nueva campaña para «limpiar Internet» y eliminar contenido «perjudicial». Como resultado de esta campaña, muchos sitios web y plataformas de redes sociales han sido bloqueados en China.

Las nuevas regulaciones sobre servicios de compartición de archivos son solo el último ejemplo de los esfuerzos del gobierno por controlar la información. El gobierno está claramente preocupado por la propagación de la disidencia en línea y está dispuesto a utilizar medidas cada vez más draconianas para silenciar a sus críticos.

Es probable que las nuevas regulaciones tengan un impacto significativo en el pueblo chino. Dificultarán mucho más compartir información y organizar protestas. Esto podría reprimir la disidencia y dificultar que las personas responsabilicen al gobierno.

Además, es probable que esto impacte de manera negativa en la economía china. La industria tecnológica es un importante motor de crecimiento económico en ese país, y estas nuevas regulaciones podrían dificultar que las empresas tecnológicas operen de manera libre, y ocasionar pérdidas de empleo y un freno en el crecimiento.

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