Como en toda profesión, la pedagogía exige una constante actualización de métodos, con el propósito de brindarle al estudiante las herramientas necesarias para que el proceso de aprendizaje resulte atractivo y despierte su interés. Desde el año 2020, debido a la crisis sanitaria, fue necesario trasladar los espacios de formación a plataformas virtuales.
Sin embargo, adaptarse a esta innovadora solución, también conocida como e-learning, ha sido todo un reto para formadores y estudiantes. Hexagone, un centro de formación en idiomas para empresas con sede en Madrid, detectó algunas de las nuevas necesidades del alumnado moderno en este entorno digital. Esto le llevó a desarrollar una propuesta formativa diferente, adaptada al contexto actual: el e-learning integrado. Esta modalidad conserva todos los aspectos positivos del e-learning tradicional, como la flexibilidad horaria del alumno, y mejora sus puntos débiles, incorporando la figura de un formador que dinamizará la formación. Su objetivo principal se basa en mantener el incentivo entre los estudiantes, haciendo que aprovechen los recursos de la plataforma.
Una propuesta formativa para un desarrollo integral
Para llevar a cabo su nueva propuesta, Hexagone parte de cuatro puntos importantes que son el resultado de lo experimentado en sus 20 años de trayectoria. En primer lugar, el e-learning integrado combina lo mejor de ambas modalidades: las herramientas tecnológicas de la formación online y el contacto humano de las clases presenciales. En este aspecto, destaca la importancia de contar con formadores capaces de mantener la motivación en los estudiantes, mediante programas de aprendizaje atractivos.
Seguidamente, Hexagone basa el contenido educativo de acuerdo a la actividad económica del participante, teniendo en cuenta que cada sector presenta necesidades y contextos diferentes. Asimismo, la oferta incluye como estrategia la modalidad del microlearning, una forma de ofrecer pequeñas cápsulas de información, reduciendo la carga cognitiva y aumentando las posibilidades de asimilar rápidamente el conocimiento.
Por otro lado, el e-learning integrado tiene como finalidad desarrollar las habilidades lingüísticas y sociales del estudiante. Este programa educativo persigue el progreso de las soft skills, es decir, el desarrollo de aptitudes comunicativas, capacidad de respuesta, resolución de conflictos o adaptabilidad para el desarrollo integral del alumno.
Falta de motivación y tiempo: los principales obstáculos del e-learning tradicional
La propuesta formativa que presenta Hexagone surge de varias observaciones. Una de ellas es que, con un e-learning tradicional, los alumnos no aprovechan los recursos de la plataforma por falta de tiempo, de visibilidad, de motivación, etc. Por otro lado, estos mismos factores hacen que los alumnos no permanezcan mucho tiempo conectados (una media de 1 hora máximo/semana).
Con el e-learning tradicional, solo obtienen resultados positivos los alumnos que están muy motivados y son autónomos a la hora de aprender. Aquellos estudiantes a los que les cuesta más acaban renunciando.
La solución que aporta Hexagone
Dicho esto, el e-learning integrado pretende solucionar los problemas que se encuentran con el e-learning tradicional y satisfacer las necesidades en términos pedagógicos y sociales, obteniendo buenos resultados a largo plazo para los alumnos.
El estudiante dispone de recursos propios, como vídeos hechos por youtubers, extractos de películas o series, píldoras informativas, además de desafíos y actividades de refuerzo. Hexagone se encarga de seleccionar aquellos recursos que mejor se adaptan al perfil concreto del alumno, los cuales son publicados en el espacio personal del estudiante.
Es importante destacar que el equipo de Hexagone nunca podrá exigir al alumno más de lo que pueda consumir: “La ‘fórmula más es mejor’ es una ilusión”, afirma el centro de formación. La realidad demuestra que, si los estudiantes se sienten sobrecargados, no encontrarán el tiempo y acabarán desaprovechando los recursos. En Hexagone, se apuesta por la calidad, no por la cantidad, de forma que el alumno pueda progresar en el idioma y compaginar los estudios con su vida personal.