Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea han concluido sin acuerdo la cumbre informal convocada para negociar la cúpula de las instituciones comunitarias; un reparto para el que el Partido Popular Europeo da por sentado que su candidata Ursula von der Leyen debe repetir al frente de la Comisión Europea mientras se resiste a ceder para que el socialista portugués António Costa asuma la presidencia del Consejo Europeo y la primera ministra estonia, Kaja Kallas, sea la nueva jefa de la diplomacia europea.
«No hay un acuerdo esta noche, en este momento», ha dicho en declaraciones a la prensa al término de la reunión el presidente del Consejo Europeo, el liberal belga Charles Michel, quien ha añadido que el objetivo no era tomar una decisión esta misma noche pero que los líderes tienen el deber de alcanzar un acuerdo antes de que acabe junio.
Fuentes diplomáticas europeas, no obstante, apuntan que sí hay consenso respecto a los nombres propios pero que la «búsqueda de un equilibrio» entre el PPE y los socialdemócratas es lo que ha hecho «tropezar» las opciones de acuerdo en esta ocasión. Así las cosas, los líderes retomarán las conversaciones «sobre la misma base» cuando vuelvan a verse en diez días.
«No creo que estemos como en 2019 cuando hubo una gran ‘tómbola’ y todo estuvo en juego durante tres días, ahora todo está mucho más claro», ha opinado, por su parte, el primer ministro de Países Bajos en funciones, Mark Rutte, en declaraciones a la prensa a su salida de la reunión.
Los líderes llegaron a Bruselas con disposición a cerrar con rapidez un acuerdo político que enviara una señal de fortaleza de la Unión aunque la decisión no se pudiera adoptar formalmente hasta el próximo Consejo Europeo del 27 y 28 de junio, junto a la agenda estratégica del bloque para la próxima legislatura.
En las declaraciones de líderes a su llegada a la cumbre no se han escuchado voces contrarias al tándem de Von der Leyen y Costa para las presidencias respectivas de la Comisión Europea y del Consejo Europeo, dos nombramientos que deciden los 27 por mayoría cualificada, aunque el primero necesita además superar una votación en el pleno del Parlamento Europeo.
Del reparto debe salir también el nombre de quien tome el relevo de Josep Borrell como Alto Representante de la Unión Europea y, aunque no es prerrogativa del Consejo Europeo pero sí se incluye en la negociación, la presidencia del Parlamento Europeo para la primera mitad de la legislatura, que previsiblemente también quedará en manos del PPE, al repetir Roberta Metsola.
Las conversaciones, sin embargo, se han estancado cuando los ‘populares’ han reclamado mayor presencia en los altos cargos (‘Top Jobs’ en la jerga comunitaria) como reflejo de su victoria en las recientes elecciones europeas, en las que han sumado 190 escaños de los 720 en juego.
Para ello, el PPE aceptaría que el ex primer ministro portugués António Costa fuera el nuevo presidente del Consejo Europeo a partir del 1 de diciembre, pero sólo la mitad de legislatura, de modo que al concluir el primer mandato de 2,5 años no se planteara su renovación, como ha ocurrido hasta ahora con los presidentes anteriores, sino que se pasara a un candidato del PPE.
La negociación la han conducido los jefes negociadores designados por cada familia política, con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez –-que no ha hecho declaraciones durante su estancia en Bruselas–, y el canciller alemán, Olaf Scholz, en nombre de los socialistas europeos; los primeros ministros de Grecia y Polonia, Kyriakos Mitsotakis y Donald Tusk, respectivamente, por los ‘populares’; y los mandatarios de Francia, Emmanuel Macron, y Países Bajos, Mark Rutte, por los liberales.
Este formato ha dejado fuera de las conversaciones no sólo a los candidatos con presencia en el Consejo (Von der Leyen, Metsola y Kallas), sino también al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y a otros líderes de peso como el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y la italiana Giorgia Meloni.
«Es muy importante la transparencia y la inclusión en el proceso, asegurar que los Veintisiete se sienten implicados en el proceso», ha advertido Michel en sus declaraciones al término de la reunión, de la que ha dicho que el objetivo era asegurar que «todos los líderes están al mismo nivel de información» para afianzar la confianza.
En un mensaje difundido en redes sociales, Orbán ha criticado tras la cumbre que el PPE ignore el resultado de las urnas que han hecho más «fuertes» a los partidos de derechas y pacte con socialistas y liberales para «repartirse los ‘Top Jobs’ entre ellos».
Rutte, por su parte, ha indicado que seguirá habiendo «consultas» y habrá conversaciones con los «otros líderes que no son de las tres familias» antes de que la discusión vuelva a Bruselas en la cumbre del 27 y 28.