Cándido Conde-Pumpido acudirá este viernes al Palacio de la Zarzuela para mantener una audiencia con el Rey Felipe VI a las 10.15 horas, tras tomar posesión como presidente del Tribunal Constitucional (TC), cargo para el que fue elegido por sus compañeros de la corte de garantías el miércoles.
En unas primeras palabras dirigidas a los otros diez magistrados, quiso poner de manifiesto que la «Constitución no permite ni la secesión ni la independencia ni la autodeterminación», según las fuentes de la corte de garantías consultadas por Europa Press.
Las mismas fuentes subrayan que Conde-Pumpido incidió en que la Constitución establece en su artículo 2 la indisoluble unidad de España, por lo que «no permite ni la secesión ni la independencia ni la autodeterminación».
Al mismo tiempo hizo hincapié en que el citado precepto «reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas», poniendo de relieve la necesidad de mantener el equilibrio entre los dos principios constitucionales: la unidad y la autonomía.
También avanzó que el próximo martes se celebrará un Pleno gubernativo para distribuir las secciones y salas del tribunal, lo que implicará también una reorganización de las ponencias de algunos asuntos.
El primer Pleno jurisdiccional, para resolver sobre la admisión o no de los asuntos planteados al TC y el fondo de los mismos, se espera para la siguiente semana, la del 23 de enero.
Según las citadas fuentes, el presidente se ha fijado entre sus objetivos dar salida a los más de 100 asuntos pendientes, empezando por dar respuesta a los más antiguos, entre ellos el recurso del PP contra la ley del aborto del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
UN TRIBUNAL PROGRESISTA
El ex fiscal general del Estado asume la Presidencia tras seis años como magistrado en el Constitucional, tribunal al que llegó en 2017 tras ser designado por el Senado. Desde mediados de 2022, cuando el TC vio caducar el mandato de cuatro de sus magistrados –entre ellos su entonces presidente, Pedro González-Trevijano–, su nombre empezó a sonar como candidato a sucederlo.
En el Pleno celebrado el miércoles, Conde-Pumpido obtuvo seis de los once votos en juego, mientras que Inmaculada Montalbán se alzó con la Vicepresidencia del TC, por lo que el bloque progresista se adjudicó ambos cargos, rompiendo con la dinámica de los últimos años.
Conde-Pumpido ganó el pulso a su compañera María Luisa Balaguer, también del ala progresista, que se postulaba como candidata de consenso con el sector conservador de la corte de garantías. Él logró el respaldo unánime de los otros cinco magistrados del sector progresista –incluido el de María Luisa Segoviano, cuyo voto era la gran incógnita–, mientras que Balaguer sumó propio voto y el de los 4 conservadores.
De esta forma, el bloque progresista cerró la fractura generada el martes, cuando sus siete magistrados celebraron una reunión interna con la intención de que el grupo acudiera al Pleno del miércoles con un solo candidato, algo que no fue posible por la persistencia de ambos en someter su propuesta al conjunto del tribunal.
El Pleno eligió con los mismos números (seis a cinco) a Montalbán como nueva vicepresidenta del TC, rompiendo la norma no escrita que se había aplicado durante los últimos, según la cual la Presidencia correspondía al sector mayoritario y la Vicepresidencia, al minoritario. De hecho, el bloque conservador había postulado a Ricardo Enríquez, el magistrado de mayor antigüedad y edad, que logró cinco votos.
La elección de Conde-Pumpido como presidente del Tribual Constitucional ha sido posible por el vuelco a una mayoría progresista –de siete magistrados contra cuatro, frente a la antigua conservadora de seis a cinco– que tuvo lugar el pasado lunes con la renovación parcial del TC, pendiente desde el pasado 12 de junio.