La Sección Quince de la Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a doce años y medio de cárcel a la mujer que asesinó en mayo de 2017 a su madre en Parla con un cuchillo mientras dormía en su cama.
En una sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, los magistrados condenan al otro acusado a diez años de prisión. Ambos son penalmente responsables de un delito de homicidio, en el caso de la mujer con la circunstancia agravante de parentesco. Los dos acusados fueron considerados culpables por el jurado popular que siguió la vista oral del procedimiento.
Los hechos se produjeron el 7 de mayo de 2017 cuando Nerea C. y Alejandro C. se dirigieron al domicilio que tenía en Parla la madre de Nerea «con la intención de acabar con su vida» ya que ambas mujeres mantenían una relación «conflictiva».
Una vez en el interior de la vivienda se encontraron a la señora dormida en su cama momento que aprovecharon para atacarla por sorpresa con un cuchillo «de grandes dimensiones».
Así, tras sujetarla, inmovilizarla y colocarse uno de ellos a horcajadas sobre la víctima, «comenzaron a asestarle puñaladas por la zona del cuello y el tórax ocasionándole en la zona del hombro nueve heridas no mortales».
Durante la disputa, la víctima «trató de defenderse protegiéndose con las manos y brazos, sufriendo por ello varios cortes no mortales ni graves en ambas manos».
La mujer falleció finalmente como consecuencia de un shock hipovolémico por sección de la vena yugular izquierda por arma blanca, «quedando su cuerpo caído sobre el lado izquierdo de la cama, con la cabeza y el tórax casi fuera de la misma hasta hacer tope con la mesilla de noche y el resto del cuerpo dentro del edredón nórdico, en el mismo lado izquierdo de la cama y con el brazo derecho apresado detrás de su propio cuerpo».
Con el fin de dificultar la investigación, los acusados simularon que se había producido un robo en la casa. Para ello cogieron varios efectos que la acusada manifestó como sustraídos y que posteriormente algunos de ellos fueron hallados en poder de ambos.
Tras el asesinato la pareja se puso de acuerdo también para revolver varias estancias del piso. Poco después abandonaron el piso y se dirigieron a la casa de Alejandro Cortés donde vivía con sus padres y su hermana.
Allí permanecieron el resto de la noche hasta la mañana siguiente cuando salieron para ir al Parque de Atracciones, «después de deshacerse del cuchillo y de la ropa manchada por la sangre de M.A.».
En dicho centro de ocio simularon una caída accidental de Nerea para poder justificar los cortes que se había provocado en la mano izquierda. Allí estuvieron hasta el mediodía antes de regresar a Parla en metro.
Ya para entonces el padre de la mujer había descubierto el cuerpo sin vida de su hija después de extrañarse de no poder contactar con ella y acudir a su domicilio «al que accedió con sus propias llaves».