Condenado en Palma un empresario catalán por una estafa a un matrimonio con diamantes de Sierra Leona

Redacción

La Audiencia Provincial de Baleares ha condenado a un empresario catalán de 72 años a una pena de tres años y medio de cárcel por una estafa con diamantes de Sierra Leona a un matrimonio de Girona, que hipotecó su casa para invertir y terminó perdiendo la vivienda.

La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, impone también una multa de 2.700 euros al empresario y le obliga a indemnizar al matrimonio con el montante presuntamente defraudado, de 400.000 euros.

El caso se ha juzgado en Palma debido a que la notaría en la que se registró la operación estaba en Alcúdia, porque el prestamista que intervino es un promotor mallorquín.

La Audiencia ha considerado acreditado que en 2012 el hombre embaucó al matrimonio presentándose como un empresario dedicado a la compraventa de diamantes en Sierra Leona, «con importantes contactos en el país y solvente experiencia en esta materia».

Así, les ofreció participar en una inversión con diamantes asegurando que obtendrían una gran rentabilidad. En concreto, el negocio consistía en comprar diamantes en Sierra Leona, exportar las piedras a Portugal, donde se tallarían, y después venderlas en Amberes (Bélgica).

La sentencia destaca que el empresario ya se había ganado la confianza del matrimonio por otro negocio anterior, en el que el matrimonio había cobrado no toda la rentabilidad prometida pero sí dos rentabilidades de las pactadas.

Sin embargo, según la sentencia, en esta segunda ocasión, en la que la inversión era mucho mayor, el acusado no tenía intención de llevar a cabo ninguna actividad comercial.

Así, dijo no tener liquidez bajo la excusa de que los diamantes de la primera inversión estaban bloqueados en la aduana a falta de pagar unas tasas, e indujo al matrimonio a concertar un préstamo para poder disponer del dinero que decía necesitar. El empresario puso en contacto al matrimonio con un mallorquín que actuaría como prestamista, y constituyeron un préstamo hipotecando la vivienda de la que ambos eran propietarios a partes iguales. Entregaron al acusado 400.000 euros.

El hombre ingresó 300.000 euros en la cuenta bancaria de una empresa de la que era apoderado, dedicada a la adquisición de fincas, y se apropió del dinero sin invertir ninguna de las cantidades en la compraventa de diamantes. Mientras, el matrimonio no pudo hacer frente al pago del préstamo y perdieron la casa. Asistidos por el abogado Mateo Cañellas Vic, presentaron una denuncia por estafa.

En el juicio celebrado en septiembre, el hombre defendió su inocencia asegurando que no hubo engaño y que el negocio de diamantes era real. Aseguró que le «asaltaron» en el país africano y le robaron los diamantes tras comprarlos.

Según su relato, iba con otras tres personas, una de ellas el chófer, y dos hombres «de confianza» locales, que se quedaron con los ladrones. «No lo podré demostrar nunca pero creo que fueron ellos mismos quienes me vendieron», declaró en el juicio. Según dijo, los asaltantes mataron a los dos colaboradores y sus cadáveres fueron encontrados más adelante: «Creo que estaban de acuerdo y les salió mal».

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