El Atlético de Madrid venció este jueves por 4-2 al Real Madrid, con un gol decisivo de Antoine Griezmann y otro de Rodrigo Riquelme en la prórroga, y se clasificó con ello para los cuartos de final de la Copa del Rey, tras un partido bronco en feudo rojiblanco y que sirvió a los locales para tomarse cierta revancha ante su adversario capitalino.
En un Cívitas Metropolitano a rebosar, el inicio fue de contención por ambas partes. Dos púgiles bien controlados en distancias cortas, hasta que Álvaro Morata amagó con un remate a la media vuelta dentro del área, infructuoso, después de un centro-chut de Mario Hermoso por abajo.
Respondió el Real Madrid en el minuto 11, con un zurdazo seco de Jude Bellingham al larguero tras un gran movimiento de arrastre en el área pequeña rival, caño incluido a Axel Witsel; Vinícius Jr., atento al rechace, tenía la mirilla desviada y mandó el balón a las nubes.
Se estiró el conjunto madridista por obra de Eduardo Camavinga en la medular y de Luka Modric escorado a la derecha, lo que aprovechó Rodrygo Goes para meterse por resquicios de la adelantada defensa del Atlético. En una de esas situaciones, Vini picó el balón para que el ’11’ blanco disparase de puntera, obligando a un paradón de Jan Oblak.
El portero esloveno repitió parada en su rechace, con Vini al remate desde atrás hasta casi la línea de fondo. Corría el minuto 20 y los de Carlo Ancelotti se mostraban más sueltos que un Atlético sin ideas, aunque minuto y medio más tarde Rodrigo de Paul puso a prueba con un cabezazo a Andriy Lunin, espectador de lujo hasta ese momento.
Josema Giménez había enmendado los errores rojiblancos en su zaga, incluido un tiro de Vini en otro acercamiento de Bellingham por el lado izquierdo. El joven mediapunta inglés, fiel a su estilo, cubría espacio a ambos costados para enganchar a Witsel o a Hermoso; o al mismo Giménez, que le hizo una falta en el 35′, sacada con tino por Rodrygo.
De ahí, un córner por el toque de la barrera, nació una jugada con centro peligroso de Rodrygo que Witsel desvió cuando Antonio Rüdiger llegaba con todo a su espalda. A continuación, Oblak atrapó un disparo a Bellingham en otra ocasión para un Real Madrid que, sin embargo, tuvo un despiste poco antes del descanso y lo pagó caro en el 1-0.
Bajó Morata a línea de tres cuartos, controló la pelota y conectó con Antoine Griezmann, chico para todo en los planes de Diego Pablo Simeone. El ‘7’ del Atleti pasó a De Paul y éste miró al área, adonde centró en busca de Saúl Ñíguez, cuya presencia hizo que Rüdiger tocase la pelota con la cabeza e involuntariamente asistió hacia atrás a Samu Lino.
El carrilero del Atleti remató de primeras con la zurda y raso, para sorpresa de Dani Carvajal y de un Lunin blando en su salida. Pero poco le duró la alegría al Metropolitano, pues Modric colgó al área una falta lejana y Oblak ‘cantó’ al intentar despejar; dio al balón con la manopla diestra, en el salto con Rüdiger y Saúl, y se marcó el 1-1 (45′).
El empate espoleó al Real Madrid, que arrancó la segunda parte con una ocasión de Rodrygo en un derechazo a ras de césped que besó el palo. Bellingham se gustó en ese escenario y amargó a Saúl, sustituido por Nahuel Molina para tapar huecos y dar algo de vuelo a Marcos Llorente.
LA FORTUNA SONRÍE A LOS COLCHONEROS
Precisamente de Llorente nació el 2-1, con el rebote de un pase suyo en Camavinga que llegó al área pequeña; Lunin se hizo un lío con la presencia de Rüdiger, despejó a media baja contra la pierna de su compañero y el balón quedó a merced de que Morata lo empujase a la red (57′).
Con más puntería que pólvora estaba ganando el Atleti, a las puertas de una fase de correcalles. Entró en juego entonces el plan de cada entrenador, con vistas a dosificar en la última media hora del tiempo reglamentario. La prórroga no se descartaba si el equipo de Ancelotti encontraba premio a su insistencia, con Toni Kroos y Brahim Díaz a los mandos.
Eso sí, al contragolpe tuvo el Atleti una clarísima para el 3-1. Llorente lanzó la jugada, Griezmann la aderezó y Morata culminó esa asistencia rasa con un disparo a bocajarro, que Lunin acertó a repeler. El balón siguió vivo y los locales no replegaron bien la cabalgada hacia delante de Rüdiger, en un desajuste que fue el preludio del 2-2 (82′).
En el pico izquierdo del área colchonera, Vini filtró un pase a Bellingham y éste, que se había colado entre Giménez y Witsel, asistió con el exterior de so bota derecha al cabezazo de Joselu Mato al fondo de las mallas. Achicaban balones los del ‘Cholo’ Simeone, no exentos de otro susto en un remate de espuela realizado por Vini en el descuento.
Pero eso no evitó la prórroga, la octava en los últimos ocho derbis que eran eliminatoria directa, incluyendo la reciente en Riad (Arabia) durante las semifinales de la Supercopa de España. Esta vez se acercó primero el Atleti con un potente tiro de Llorente, contestado por otro de Vini desde fuera del área y que se marchó desviado.
Kroos trataba de gobernar ese ida y vuelta, mientras que el Atleti se encomendó a su ojito derecho. Y él respondió a la llamada. Con un raudo esprint por la banda derecha, Griezmann se fue centrando a la vez que dejaba atrás en su carrera a Vini, que contuvo su marcaje para no hacer penalti.
Ese par de metros avanzó ‘Grizi’ para perfilarse y batir con un zurdazo a Lunin, otra vez flojo en su intento de achicar. Cerca de la escuadra entró esa pelota de éxtasis para la grada del Metropolitano. Ancelotti se sacó de la manga un plan alternativo con Fran García y Dani Ceballos, que en el banquillo opuesto fue contrarrestado con César Azpilicueta.
Surtió efecto la fórmula merengue, a raíz de un balón robado por Kroos que continuó en un tiro de un compañero desde fuera del área, el cual tras un rebote quedó a los pies de Bellingham. Giró el inglés sobre sí mismo, ante la amenaza de los centrales, y disparó rápido; para el rechace a la parada de Oblak, Ceballos corrió a la desesperada y marcó.
No obstante, se señaló fuera de juego de Bellingham y eso rebajó el suflé del Real Madrid. La fortuna parecía en esa ocasión del lado de los rojiblancos, que a la contra hizo el 4-2. ‘Grizi’ domó el balón, pasó a Memphis Depay y, decidiendo con criterio, el neerlandés asistió a Roro Riquelme para que el canterano sentenciase el billete a cuartos en el 119′.