El Athletic Club avanzó a cuartos de final de la Copa del Rey este jueves a costa (3-2) de un FC Barcelona que, pese al lavado de cara de Xavi, sigue en horas muy bajas de fútbol, en una eliminatoria claramente rojiblanca en San Mamés aunque llegó a la prórroga con un gol de Pedri en el 93′.
Los de Marcelino García Toral superaron en juego y energía a un rival que apenas generó en ataque y fue muy débil en defensa. Pese a tener algo más de descanso tras la Supercopa de España, el Barça estuvo a merced de un Athletic que se adelantó a los dos minutos con Iker Muniain y pareció rematar en el 86′ con Íñigo Martínez.
Como podía temer el Barça, la visita a Bilbao iba a ser de las sufridas. En verdad, el equipo de Xavi no tiene partido fácil, encomendado a esos jóvenes que han perdido cierta pegada y sin la que era su mejor baza, a pesar de tener lo suyo también, Dembélé. Sobre la bocina, Pedri salvó la prórroga, engordar para morir en un Barça que encima terminó con Ansu Fati y el propio Pedri lesionados.
Una mano de Alba, con el VAR de por medio –lo único que le faltaba al partido–, significó el penalti con el que Muniain dio la victoria y el pase a los de Marcelino. La reedición de la última final de Copa supuso el pase rojiblanco, el desquite vasco tras perder la de Supercopa la pasada semana, destronando a un Barça que quiere pero no puede, sin recursos ante la adversidad.
Se esperaba a un Athletic con hambre y en comunión con San Mamés para hacer frente a los azulgranas, y un golazo de Muniain a los dos minutos agitó más si cabe la coctelera. Nico Williams ganó ese primer duelo con Alba, serían muchos más, y su centro lo recogió el capitán del Athletic en el segundo palo para mandarlo a la escuadra.
Dani Alves en la otra banda también sufrió lo indecible y, sin balón, los de Xavi padecieron de lo lindo en la presión local. En la primera posesión larga visitante, Ferran firmó otro golazo (1-1) pero ese sería el único tiro a puerta de los catalanes en 90 minutos. Mientras, el Athletic perdonaba ante Ter Stegen.
En la reanudación, el Barça encontró más a Pedri, más por cierta tregua en el desgaste local, pero la entrada de Iñaki Williams, en tremenda conexión con su hermano, supuso un problema más para el rival. Pese a que asomó el canario y que entró Ansu Fati, el equipo de Xavi seguía sin generar peligro ante el bloque bajo rival.
En la recta final, el mayor de los Williams se estrelló con el larguero y, en una de las muchas faltas regaladas por la defensa visitante, el Athletic terminó haciendo el 2-1 casi sin querer, con Íñigo Martínez pisando el balón. El Barça, que el pasado curso estuvo abonado a las prórrogas en Copa, alargó el choque con Pedri.
El canario se auto impuso una prórroga más para su colección, rematando un balón llovido de una extraña chilena de Alves. Una carambola que ocultaba por momentos el desastre culé, una vida extra que sin embargo trajo la lesión de Ansu Fati y de Pedri, y que sin ocasiones visitantes, tampoco cambió el guion de un Athletic superior, que apeó con justicia al campeón, liderado por Muniain.