Las precipitaciones caídas en España tras el pasado verano son un 41% inferiores a las normales, con lo que aumenta la sequía meteorológica después de que este año comenzara con un déficit cercano al 25% y el país afronta uno de los tres o cuatro años hidrológicos más secos desde 1961.
El año hidrológico tiene en cuenta las lluvias caídas entre el 1 de octubre de un año y el 30 de septiembre del siguiente, y no coincide con un año natural porque parte de las precipitaciones del otoño y del invierno pueden acumularse en forma de nieve y no fundirse hasta la siguiente primavera.
Esa caracterización de las precipitaciones se adapta mejor al ciclo del agua que el año natural porque la mayor parte de la lluvia y nieve que cae durante el año hidrológico tiene su escorrentía -es decir, transcurre por los ríos- entre el 1 de octubre de un año y el 30 de septiembre del siguiente.
Desde los pasados 1 de octubre al 20 de febrero, España ha acumulado 200 litros por metro cuadrado, cuando el promedio suele ser 335 litros por metro cuadrado, con lo que “ha llovido un 41% menos de lo normal en el conjunto del país”, según apuntó este miércoles el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rubén del Campo, en declaraciones recogidas por Servimedia.
“Con esos datos, y a la espera de las lluvias que se esperan para los próximos días, es posible que, al terminar febrero, el actual año hidrológico se sitúe entre uno de los tres o cuatro más secos de toda la serie histórica, cuyo arranque data de 1961, considerando los cinco primeros meses del año hidrológico. Por el momento, los cuatro años hidrológicos cuyos cinco primeros meses en conjunto han sido más secos son 1998-99, 2007-08, 2011-12 y 1991-92, por este orden”, precisó Del Campo.
CUENCAS DE ACUMULACIÓN
Por otro lado, todas las cuencas de acumulación -áreas geográficas similares a las cuencas hidrográficas- han recibido menos precipitación de lo habitual en el actual año hidrológico, si bien destaca el sur de Andalucía, donde no ha llovido ni una cuarta parte de lo normal desde el pasado 1 de octubre.
Las cuencas del Pirineo oriental, el Júcar, el Segura, el Guadiana y el Guadalquivir no llegan ni a la mitad de las precipitaciones normales; las lluvias caídas se sitúan entre un 40% y un 50% por debajo de los valores habituales en el Duero y en el Tajo, y el déficit es de un 20% en el Ebro, el norte y el noroeste.
“Es muy destacable la escasez de precipitaciones con la que ha comenzado 2022. Si ya los tres últimos meses de 2021 fueron secos, realmente la falta de lluvias se ha intensificado en enero y febrero. Aunque dependerá de las lluvias que pueda haber en los próximos días, este inicio de año, contando enero y febrero, es muy probable que se sitúe entre uno de los tres más secos de toda la serie histórica, que arranca en 1961, y competirá con el inicio de 2000 y de 2012. Desde el 1 de enero hasta el 20 de febrero las lluvias no llegan ni a la cuarta parte de lo norma en la mayor parte de España”, resumió Del Campo.
CORTO PLAZO
A corto plazo, la llegada de un frente dejará precipitaciones este jueves y este viernes en el extremo norte peninsular, débiles en general y con algunas nevadas en la Cordillera Cantábrica y Pirineos.
Lo más destacado será la aproximación de una DANA (depresión aislada en niveles altos) por el suroeste peninsular, que dará lugar a lluvias en algunas de las zonas con mayor déficit, sobre todo en el sur de la península.
“El jueves, los chubascos más probables se producirán en el sur de Extremadura, Andalucía occidental y área del Estrecho, que localmente podrían alcanzar intensidad fuerte por allí y que de manera más débil afectarán al resto de Andalucía y Extremadura, y a Castilla-La Mancha”, apuntó Del Campo.
En cuanto al viernes, el grueso de las precipitaciones se desplazará hacia el este y la mayor probabilidad de que se produzcan chubascos se dará en el este de Extremadura, buena parte de Castilla-La Mancha, Andalucía central y oriental, Murcia, sur de la Comunidad Valenciana y puntos de Baleares.
Además, la cota de nieve bajará este viernes hasta unos 800 metros en el norte de la península y en torno a 1.000 y 1.200 metros en la zona centro. También el jueves y el viernes habrá algunos chubascos en Canarias.
Las lluvias remitirán este fin de semana, aunque el sábado todavía puede haber algunos chubascos dispersos, débiles en general, en el sureste de la península, mientras que en Canarias continuarán los chubascos, que el domingo podrían estar acompañados de tormentas.
“Aunque las precipitaciones están provocadas por una DANA, es difícil precisar la cantidad que va a caer y las zonas donde más lloverá. Podemos decir, a grandes rasgos, que es posible que en Extremadura, el oeste de Castilla-La Mancha y Andalucía occidental podrían acumularse en todo el episodio unos 20 a 30 litros por metro cuadrado en zonas de estas regiones, sin descartar que muy localmente pueda superarse esa cifra en el sur de Andalucía, una de las zonas con mayor déficit precipitaciones, e incluso en algunos puntos podrían caer entre 30 y 40 litros por metro cuadrado”, indicó Del Campo.
MEDIO PLAZO
Durante la próxima semana, en la que comenzará marzo, probablemente predomine de nuevo el tiempo anticiclónico y con pocas lluvias en general en el conjunto de España.
Los modelos del Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo (Ecmwf, por sus siglas en inglés), organismo internacional de que forma parte la Aemet, insisten en un escenario para marzo dominado por las altas presiones en España. “Es probable marzo sea también un mes con menos precipitaciones de lo normal en España, especialmente en el oeste de la península, aunque, como es lógico, la incertidumbre es mayor de cara a la segunda quincena de mes”, apostilló Del Campo.
LARGO PLAZO
A largo plazo, el pronóstico de la Aemet para el trimestre entre marzo y mayo no muestra una tendencia clara en cuanto a las lluvias en el Cantábrico y las regiones mediterráneas, pero el escenario más probable es que llueva menos de lo normal en el resto de la península.
“No esperamos, por tanto, un próximo trimestre de marzo, abril y mayo especialmente lluvioso, aunque hay que recalcar que estas predicciones trimestrales, y más en la época primaveral, están sujetas a una gran incertidumbre. Estas mismas predicciones hablan también de un trimestre de marzo, abril y mayo con muchas probabilidades de que sea más cálido de lo habitual, siguiendo la tónica de este invierno, que también está teniendo unas temperaturas superiores a las habituales”, concluyó Del Campo.