Han pasado doce meses desde que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó el inicio de lo que denominó una «operación militar especial». Una invasión a un país vecino, Ucrania, que dio pie a todo tipo de abusos y que ha evolucionado en el frente militar y en el político durante este último año.
FEBRERO
La madrugada del 24 de febrero, Rusia lanza la invasión que siempre había negado que quisiera emprender. Los primeros días están marcados por los envites militares en distintos frentes, con ataque en el este para intentar ganar terreno en el Donbás pero también en la zona norte, con accesos desde Bielorrusia.
Putin se marca entre sus primeros objetivos la toma de la capital, Kiev, y otras grandes ciudades alejadas de las áreas controladas por los prorrusos en el este, pero las fuerzas ucranianas resisten. «Aquí estoy», proclamó el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, para evidenciar que no se iría.
Las autoridades de Ucrania denuncian planes para intentar asesinar a Zelenski, dentro de un complot encubierto en el que comienza a sonar el nombre del Grupo Wagner, una firma de mercenarios afín al Kremlin.
La población comienza a huir en masa del país, principalmente rumbo a Europa, mientras la mayor parte de la comunidad internacional comienza a repudiar una ofensiva que Putin justificó, entre otras razones, por la supuesta amenaza que el Gobierno de Zelenski suponía para la seguridad nacional rusa y la población rusófona.
Las sanciones llegaron antes incluso del inicio oficial de la invasión –la UE aprobó el primer paquete el 23 de febrero– y se endurecieron tan sólo un día después del despliegue de las tropas rusas.
MARZO
Comienzan a evidenciarse las carencias de las Fuerzas Armadas rusas, desde aspectos de coordinación a logísticos, pasando por temas de equipamiento, pero también salen a la luz pública los primeros grandes horrores.
La retirada de las fuerzas rusas de localidades como Bucha, en la región de Kiev, permitió descubrir decenas de cadáveres de civiles y sitios de tortura. La Fiscalía del Tribunal Penal Internacional (TPI) abre una investigación por crímenes de guerra.
Dentro de Rusia, la censura se hace evidente. Los medios no pueden hablar de «invasión» y crece la represión contra cualquier individuo o entidad que se salga de la línea discursiva del Kremlin.
ABRIL
La incapacidad rusa para avanzar sobre Kiev lleva a Moscú a centrarse en zonas del este de Ucrania. El 8 de abril, un misil impacta en una estación de tren de Kramatorsk y mata a medio centenar de civiles que pretendían huir.
Las Fuerzas Armadas de Rusia se centran en la zona este y sur, en busca de un corredor que permita unificar los territorios controlados por aliados prorrusos con la península de Crimea, anexionada en 2014. Lanzan la ofensiva final para tomar Mariúpol, donde se presupone que han muerto miles de civiles.
La guerra se extiende también la ámbito marítimo. Un supuesto ataque ucraniano hunde un buque insignia de la flota rusa en el mar Negro, en un golpe simbólico al supuesto dominio de Rusia en el ámbito bélico.
Zelenski entrega la primera parte del cuestionario para tratar de incorporar a Ucrania a la Unión Europea,
MAYO
Las tropas de Ucrania entregan Mariúpol tras semanas de bombardeos y se acrecienta el asedio sobre la acería de Azovstal, lugar de refugio subterráneo de cientos de civiles desde el inicio de la guerra y símbolo de la resistencia ucraniana.
En Rusia, Putin festeja el aniversario de la victoria soviética sobre los nazis mientras ve cómo países teóricamente neutrales, como Suecia y Finlandia, formalizan sus peticiones de adhesión a la OTAN. Zelenski completa el cuestionario para formalizar su petición de adhesión a la Unión Europea.
JUNIO
La isla de las Serpientes, situada frente a las costas de Odesa, se convierte en un nuevo escenario de pulso entre las dos partes. Las autoridades ucranianas utilizan el control de este enclave como argumento frente a una Rusia que intenta consolidarse en el mar Negro.
Zelenski consolida apoyos internacionales y Ucrania recibe en tiempo récord el estatus de país candidato a la UE. El conflicto marca también la cumbre de líderes de la OTAN, en la que el mandatario ucraniano participa de forma telemática.
JULIO
Rusia logra avances militares en el este de Ucrania y completa el dominio de la región de Lugansk, con el objetivo de seguir ganando terreno en la vecina Donetsk. Moscú comienza también a hacer ver su control sobre el mercado del gas, con cierres temporales del suministro que ponen en guardia al resto de Europa.
La ONU y Turquía logran un inédito acuerdo político entre Rusia y Ucrania por el que las dos partes beligerantes se comprometen a permitir la exportación de cereales desde puertos del mar Negro, con vistas a aliviar el precario sistema alimentario mundial.
AGOSTO
Ucrania lanza su primera gran contraofensiva, con la región de Jersón como principal escenario, y crece la preocupación internacional sobre la situación de la central nuclear de Zaporiyia, considerada la mayor de Europa y en cuyas inmediaciones se registran combates de forma recurrente. La ONU teme un accidente nuclear.
En Crimea, una base aérea de Rusia en la península sufre unas potentes explosiones que dan pie a todo tipo de especulaciones. Imágenes de satélite muestran graves daños materiales en las instalaciones, atacadas presuntamente por las autoridades ucranianas.
El gigante ruso Gazprom alega razones de mantenimiento para suspender por completo el suministro a Europa del gas, al mismo tiempo que los gobiernos europeos se esfuerzan por buscar nuevas fuentes y planificar medidas de ahorro que garanticen un invierno sin cortes.
SEPTIEMBRE
Las fuerzas ucranianas consolidan el cambio de tendencia en el frente de combate con avances estratégicos en Járkov y la toma de localidades como Liman, en Donetsk. Zelenski también iza de manera simbólica la bandera de Ucrania en la ciudad de Izium, ocupada durante seis meses.
Putin llama a la movilización parcial para reforzar las Fuerzas Armadas con unos 300.000 nuevos efectivos, lo que da pie a la huída de miles de personas. Más de un millar de personas son detenidas en Rusia por participar en protestas contra esta movilización.
El presidente ruso trata igualmente de contrarrestar sus derrotas con unos referéndums fraudulentos en las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, sin el reconocimiento de Kiev ni de gobiernos aliados de Ucrania. Tras estas consultas, Rusia proclama su soberanía sobre estas zonas, pese a que ni siquiera las controla en su totalidad.
En el terreno energético, septiembre está marcado por una serie de explosiones en tuberías submarinas del Nord Stream 1 y el Nord Stream 2. Todas las partes, incluida Rusia, coinciden en que fue un sabotaje, sin que se haya esclarecido aún su autoría.
OCTUBRE
Un día después del cumpleaños de Putin, el 8 de octubre, el puente que comunica Crimea con Rusia, símbolo de la anexión de 2014, salta parcialmente por los aires. Kiev no reinvindica oficialmente el ataque, aunque no duda en celebrarlo.
Las fuerzas rusas marcan como objetivo prioritario de sus ataques la infraestructura energética de Ucrania, dando inicio así a una sucesión de problemas logísticos que se ceban con la población civil. Moscú alega que sólo ataca objetivos de interés militar.
NOVIEMBRE
Ucrania recupera el 11 de noviembre la ciudad de Jersón, capital de la región homónima, después de que Rusia organizase una evacuación masiva sin precedentes por su parte desde el inicio de la ofensiva. Traslada a miles de personas a la orilla izquierda del río Dniéper mientras se esfuerza en desmentir la derrota.
El temor a una escalada internacional del conflicto se dispara tras el impacto de un misil y la muerte de dos personas en Polonia, territorio de la OTAN. Las investigaciones atribuyen el proyectil a los sistemas de defensa ucranianos, que ese día respondían a una ola indiscriminada de bombardeos rusos.
DICIEMBRE
El frente de combate se estanca, sin grandes avances o retrocesos por parte de ninguno de los bandos en disputa. Zelenski redobla la presión sobre sus socios internacionales, a los que pide más y mejores armas para evitar un nuevo envite ruso.
Estados Unidos confirma el envío de sistemas de misiles Patriot y el país norteamericano es el primer destino elegido por Zelenski para viajar al exterior desde el inicio de la invasión. El presidente de Ucrania se reúne con su homólogo Joe Biden y habla ante el Congreso de Estados Unidos.
ENERO
Rusia reconoce la muerte de 89 militares por un ataque ucraniano en la región de Donetsk, en uno de los incidentes más mortíferos desde el inicio del conflicto. Admite, además, que pudo deberse a la utilización de teléfonos móviles por parte de los militares.
Las tropas rusas, sin embargo, recuperan parte de la iniciativa perdida sobre el terreno con intensos combates y avances en zonas como Soledar y Bajmut.
El 18 de enero, mueren varios altos cargos del Ministerio del Interior en un accidente de helicóptero, entre ello el ministro.
En el ámbito internacional, se redobla de nuevo el debate sobre el envío de armas a Ucrania. Zelenski reclama ahora tanques y logra el compromiso de países teóricamente reacios a esta ayuda como Alemania y Estados Unidos, para conformar una coalición global que compromete más de un centenar de carros blindados.
FEBRERO
Zelenski vuelve a salir de Ucrania, en esta ocasión para hacer escalas en Londres, París y Bruselas. En la capital belga habla ante la Eurocámara y participa en una reunión de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete, a lo que reclama explícitamente más armas.
Kiev pide a sus aliados que estudien el envío de cazas, opción que aún no ha puesto sobre la mesa ningún gobierno. Los ministros de Defensa de la OTAN se limitan en una reunión en Bruselas a concretar el suministro de otro tipo de equipos como los tanques.
Biden realiza el 20 de febrero una inédita visita a Kiev, por sorpresa y con grandes medidas de seguridad –Washington avisó incluso a Moscú por anticipado–. Son apenas unas horas, pero el viaje es histórico por tratarse de un país en guerra.