El aceite de oliva virgen extra de la firma Pago Espejo es un producto natural elaborado en la zona de Jaén. La excelencia de este producto le ha hecho ganar varios premios nacionales e internacionales.
Se caracteriza por su intenso aroma afrutado, su dulce entrada en la boca y su discreto picor al final. Los fabricantes han querido manejar desde su fundación un proceso apegado a lo tradicional, a lo ritual, auténtico y artístico. Advierten que otros productos en el supermercado se venden como aceite virgen extra, pero se diferencian mucho de la clase gourmet que elabora Pago Espejo.
Diferencias evidentes
Los fabricantes del aceite de oliva virgen extra gourmet de Pago Espejo dicen que su producto tiene diferencias sustanciales con los que se consiguen en el supermercado. En los locales de grandes superficies, existe una oferta muy diversa de aceites de oliva que se hacen llamar ‘virgen extra’, pero ninguno alcanza los niveles de exigencia del que elabora Pago Espejo.
En primer lugar, se trata de un producto fabricado con cosecha temprana. Gracias ello, obtiene un aroma afrutado y un agradable sabor al paladar. Su color verdoso posee una intensidad única que le da una apariencia ámbar y brillante a la vista. Los aceites de oliva ordinarios tienden a ser muy claros o demasiado oscuros debido a procesos de industrialización en masa que les disminuye la calidad.
Una diferencia sustancial que tiene el aceite de oliva virgen extra de Pago Espejo en comparación a los otros que hay en el mercado es la concentración. Para elaborar un solo litro de este producto, se requieren entre 11 y 13 kilogramos de aceitunas cosechada en su justo momento. Para fabricar los otros aceites, generalmente se emplea un máximo de 4 kilogramos.
Un proceso artesanal de calidad
El proceso para la elaboración del aceite de oliva de Pago Espejo no es nada fácil. La labor comienza desde el mes de octubre, con la recogida de las aceitunas que todavía se encuentran en envero (verdes). Usarlas en este punto es esencial para obtener todos sus sabores y esencias excepcionales.
El mismo día de la recogida se procede a la molienda del fruto. Esto permite mantener intactas todas las propiedades de la aceituna fresca. Luego, la separación se hace a través de un proceso mecánico en el que no se agrega ningún componente químico. Esta fase se lleva a cabo únicamente mediante el fenómeno físico de separación de agua y aceite.
Después de una decantación natural, se obtiene el aceite que es almacenado en recipientes de acero inoxidable para su conservación. De allí, se embotella solo cuando es vendido.
Además, este producto aporta una serie de nutrientes y sabores únicos que no tienen otros aceites que dicen ser similares.