Cuatro jueces de instrucción de la Comunidad de Madrid investigan ya las cartas con amenazas enviadas en los últimos días al líder de Podemos, Pablo Iglesias; el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska; la ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto; y la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, según fuentes jurídicas consultadas por Europa Press.
La Policía, tras concluir las pesquisas iniciales, ha enviado los distintos atestados a los juzgados madrileños para que las investigaciones continúen por la vía judicial. Cada caso ha recaído sobre un juez distinto, dado que se han denunciado de forma individual y, además, no hay autor conocido en tres de los cuatro, dos circunstancias que en sentido contrario habrían permitido una causa conjunta.
Así, la primera carta dirigida a Iglesias ha sido asignada al Juzgado de Instrucción Número 3 de Madrid, de la enviada a Grande-Marlaska se ocupará el 52 y, en el caso de la recibida por Gámez, se encargará un juzgado de instrucción de Colmenar Viejo, mientras que la de Maroto estará en manos del 41 de Madrid.
Al tratarse de presuntos delitos de amenazas, la competencia queda fijada por el domicilio de la persona a la que van dirigidas, de ahí que la carta enviada a Gámez se vaya a investigar en Colmenar Viejo y la de Maroto, que se habría enviado desde El Escorial, se vaya a tratar en Madrid.
Las mismas fuentes han apuntado que lo más probable es que la investigación judicial sobre la carta recibida por la ministra de Industria, Comercio y Turismo avance más rápido que las otras por ser la única con remitente identificado.
UNA NAVAJA, BALAS Y AMENAZAS
El pasado 22 de abril, se supo que Iglesias, Grande-Marlaska y Gámez habían recibido cada uno de ellos una carta sin remitente que contenía un mensaje amenazante y balas.
Las de Iglesias y Grande-Marlaska llegaron al Ministerio de Interior. La destinada al líder de Podemos contenía dos balas del fusil tipo Ceme y un mensaje: «Has dejado morir a nuestros padres y abuelos. Tu mujer, tus padres y tú estáis sentenciados a la pena capital. Tu tiempo se agota».
El sobre enviado al ministro de Interior tenía dentro dos cartuchos sin percutir del calibre 7,62×51 y un escrito que decía textualmente: «Tienes 10 días para dimitir. El tiempo de reírte de nosotros se terminó. Policía Nacional, Guardia Civil. El tiempo lo tienes en contra para los taponazos».
La directora de la Guardia Civil, por su parte, recibió la carta en la secretaría de su despacho, con un cartucho del calibre de 7,62 mm y otra nota amenazante dentro.
Posteriormente, Maroto recibió en la sede de su Ministerio otro sobre con una navaja manchada de rojo. Su remitente ha sido identificado como un vecino de El Escorial con un problema de salud mental que ha enviado otras cartas amenazantes, entre otros, a la Embajada de Turquía.
MÁS CARTAS PARA IGLESIAS, AYUSO Y ZP
Esta misma semana, Correos ha interceptado más cartas con amenazas con Iglesias, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso, y el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero como destinatarios.
El paquete dirigido a Díaz-Ayuso, que también contenía proyectiles, fue interceptado en el centro de Correos en San Cugat (Barcelona). El Juzgado de Instrucción 1 de Rubí, en la misma provincia, investiga ya los hechos.
La segunda misiva enviada a Iglesias tenía como destinatario formal la Dirección de la Guardia Civil pero realmente estaba dirigida al candidato ‘morado’. En su interior había otros cuatro proyectiles. Y, en este caso, fue interceptada en el Centro de Tratamiento Automatizado (CTA) que Correos posee en Vallecas.
El último episodio conocido ha afectado a Rodríguez Zapatero. Los sistemas de seguridad de Correos intervinieron el miércoles una carta amenazante dirigida al ex presidente del Gobierno con dos posibles cartuchos de arma de fuego.
En este contexto, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han recibido órdenes de reforzar las medidas de seguridad de todos los candidatos que aspiran a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, poniendo servicio de escolta a aquellos que no la tenían ya.