El campeón paralímpico en lanzamiento de peso y en lanzamiento de disco, David Casinos, perdió la visión con 23 años como consecuencia de una retinopatía diabética. Actualmente, tiene un perro guía que es su «familia». En una entrevista con Europa Press pide «más concienciación» a la gente porque «no se da cuenta de que está llevando una vida».
Con motivo del Día Internacional del Perro Guía, que se celebra este 24 de abril, Casinos explica que cuando perdió la visión cayó en una depresión «muy profunda». «Solo quería ser aquel chaval que tenía la posibilidad de ver mi cara en un espejo, de reconocer a mis seres queridos, de salir a la calle, de montar en bicicleta, de conducir mi coche, de llevar a mi perro, como hace cualquier persona en el mundo, y disfrutar de lo que es la luz del sol. Y yo no podía», indica.
Asimismo, señala que, tras ello, se dio cuenta de que el deporte le permitía sentirse vivo, tener «autoestima» y una «motivación». En ese momento, apunta que solicitó un perro guía y que superó las pruebas para ello. «Tenemos que ser aptos porque vamos a enfrentarnos a un mundo hostil, es decir, y lo que va a llevarnos, o lo que va a guiarnos, es un compromiso con un animal para darle órdenes, que las cumpla, pero nosotros en todo momento seamos conscientes de lo que estamos haciendo», asegura para añadir que ha tenido un total de tres perros guías.
En este sentido, añade que entre el perro guía y la persona «hay un entendimiento de comprensión» y destaca que el animal ha pasado por una familia educadora, por un educador canino y por un instructor. «Mi perro es mi amigo, es mi familia. Es algo que quieres por encima de muchas cosas. Es algo que cuando tú sientes miedo, él te lo quita y dispersa. Y mucho más que todo eso», recalca.
Este año Fundación ONCE del Perro Guía ha elaborado una serie de recomendaciones para la ciudadanía, entre la que se encuentra no darle de comer al animal mientras está guiando o no distraerlo si lleva puesto el arnés. Sobre ello, Casinos pide «conciencia» a las personas que caminan por la calle porque «no se dan cuenta que está llevando una vida».
En esta línea, Casinos explica que en un paso de peatones han llegado a tocar a su perro y a darle un caramelo. «No se dan cuenta que tú vas con tus ojos sin la capacidad de ver», subraya. Asimismo, recuerda que es un animal, que tiene sus instintos, que va a querer coger la comida y, como consecuencia, se puede distraer.
Igualmente, indica que su perro guía lleva el cartel «no me distraigas, estoy guiando» y lamenta que «la gente que tiene la capacidad de ver, no lo ve ni lo lee, pasa de todo».
ALREDEDOR DE 950 PERROS GUÍAS EN ESPAÑA
Por su parte, la directora de la Fundación ONCE del Perro Guía, María Jesús Varela, en una entrevista a Europa Press, explica que el proceso de preparación de cualquier perro guía es muy largo y que lleva «cerca de dos años». En todo caso, apunta que entregan sobre 130 de estos animales al año y que, en la actualidad, hay en España alrededor de 950 acompañando a personas ciegas.
La fundación cuenta con un centro de cría y adiestramiento ubicado en Boadilla del Monte (Madrid), que dispone de instalaciones destinadas a albergar los perros, dependencias administrativas y una residencia para acoger a los solicitantes de perro guía para que lleven a cabo su curso de formación.
Varela explica que el proceso de preparación de un perro guía comienza antes incluso del nacimiento del propio animal. «Contamos con una cabaña de perros reproductores, machos y hembras, que están seleccionados con características, tanto de salud como temperamentales, que de alguna manera nos den como resultado los cruces perros adecuados para ser guía», apunta.
También indica que las hembras acuden a las instalaciones de la Fundación una semana antes de tener prevista el parto y que los cachorros se pasan dos meses con ellas. A partir de ahí, explica que se entrega cada cachorro a una familia educadora, que es la que durante un año los va a socializar. «La socialización va dirigida a que ese perro vaya acostumbrándose a cualquier tipo de entorno, a la relación con otras personas, con otros perros, con otro tipo de animales de compañía, y que vaya aprendiendo a ser un perro realmente educado», añade.
Respecto a las familias, agrega que son voluntarias y que van siendo supervisadas por profesionales «para que sepan cómo debe ir evolucionando el perro en su comportamiento». A los catorce meses, explica que los perros regresan a la fundación y que salen cada día a entrenar con los profesionales de adiestramiento, que son entrenadores e instructores, dependiendo del nivel de avance que lleven en su adiestramiento.
En cuanto a los instructores, precisa que son las personas que piensan en los emparejamientos de estos animales, siguiendo las características del perro, tamaño, velocidad a la hora de caminar, el carácter que tiene, sus sensibilidades y si hay algún tipo de entorno que lo puede poner un poco más tenso. «Buscamos una persona adecuada tanto a nivel físico como a nivel de tipo de vida o de lugar de residencia a las características de ese perro para asegurarnos de que ese emparejamiento es el adecuado», subraya.
Posteriormente, Varela señala que la persona acude con el perro guía a un curso que puede ser de varios días o incluso varias semanas, en el que asegura que «es muy importante que se vaya generando un vínculo», que aprenda a cuidar del animal, a darle todas las atenciones que necesita y a desplazarse.