Darth Vader es, sin duda, el villano más icónico del universo Star Wars, que comenzó en 1977 con el estreno de Episodio IV: Una nueva esperanza. En esa misma película, Peter Cushing (Drácula 73) interpretó a Moff Tarkin, uno de los comandantes del Imperio y hombres fuertes de Palpatine. Tras su fallecimiento en 1994, Disney revivió al personaje con CGI para un cameo en Rogue One: Una historia de Star Wars. Sin embargo, esta decisión podría salirle cara, ya que, ocho años después del estreno de la película, Tyburn Film Productions ha demandado a la compañía por utilizar la imagen de Cushing.
Estrenada en 2016, Rogue One relataba cómo un escuadrón de la Alianza Rebelde trazaba un plan para robar los planos con los que, más tarde, Luke Skywalker destruiría, al final del Episodio IV, la Estrella de la muerte. Gracias a los avances de la tecnología, Lucasfilm pudo resucitar a Cushing como Tarkin, tomando como base digital para su físico al actor Guy Henry e incluirlo en una escena del filme protagonizado por Diego Luna.
Ahora, según The Telegraph, el productor Kevin Francis, fundador de Tyburn Film Productions e íntimo amigo de Cushing, está tomando medidas legales contra Lucasfilm y la productora Lunak Heavy Industries por recrear el rostro del actor en la cinta de Gareth Edwards. Pero esto, al parecer, infringe los términos de un contrato firmado con el intérprete británico unos años antes de su fallecimiento. Francis asegura que se encuentra en posesión de un documento donde Cushing prohibía utilizar su imagen en futuras producciones sin la autorización expresa de su amigo productor.
Por su parte, Disney ha plantado cara a esta acusación alegando que tienen en su poder el contrato de derechos de imagen que Cushing firmó en 1977 al rodar Una nueva esperanza. Lo que ha desembocado en que ambas partes deban solventar tan espinosa disputa en el Tribunal Superior de Londres.
Cushing es, fuera de toda duda, historia del universo Star Wars. Pero, más allá de encarnar a Tarkin en el Episodio IV, el actor ha interpretado a otros ilustres personajes a lo largo de su extensa carrera cinematográfica. Entre los más recordados se encuentran el estrambótico Doctor Who, al que interpretó en dos ocasiones, Sherlock Holmes e incluso puso rostro a su creador, Arthur Conan Doyle, en El misterio de los Houdinis, telefilme dirigido por Melville Shavelson (Capri) en 1976.
La demanda interpuesta por Francis contra Disney no es una simple cuestión sobre los derechos de imagen del protagonista de Pánico en el transiberiano. Curiosamente, Lucasfilm también se sirvió de la inteligencia artificial para rejuvenecer a Carrie Fisher en Rogue One y, dicho sea de paso, a Mark Hamill en The Mandalorian.
Sin embargo, el uso del CGI suele ser, desde hace ya un tiempo, de lo más habitual en muchas producciones de Hollywood. Un ejemplo de ello, es la aparición de Marlon Brando en Superman Returns o, como ya hiciese Ridley Scott en Gladiator con Oliver Reed -que sufrió un ataque al corazón durante el rodaje- tomando escenas descartadas para el montaje final, y más recientemente la recreación del Superman de Christopher Reeve en The Flash.