Una nueva cepa del coronavirus SARS-CoV2, más difícil de detectar por los tests PCR clásicos, fue descubierta en la Bretaña francesa (noroeste), pero las autoridades descartan que sea más grave o contagiosa que la variante original.
Fue la bióloga del hospital de la ciudad de Lannion que dio la alerta sobre pacientes con «síntomas típicos de la COVID-19» pero con resultados «a veces» negativos de la prueba PCR, explicó Stéphane Mulliez, director de la Agencia Regional de Salud.
La dificultad para detectar esta variante no estaría relacionada con el hecho de que las pruebas de PCR se hayan realizado tarde.
«Una posibilidad es que el virus se desplace más rápidamente entre las vías respiratorias superiores e inferiores», dijo Alain Tertre, jefe de la unidad regional de Salud Pública Francia. «Pero se trata de una hipótesis», apuntó.
Sin embargo, esta nueva cepa no está clasificada como una variante preocupante y solo tres variantes se consideran especialmente preocupantes, la inglesa, la sudafricana y la brasileña, sobre todo por su carácter potencialmente más transmisible.
Transmisibilidad y gravedad
Para la variante bretona, «los primeros análisis (…) no permiten concluir ni sobre una gravedad ni una transmibilidad mayor en comparación con el virus histórico», aseguró el lunes la Dirección General de Salud de Francia.
«Pero como esta variante es más difícil de detectar (…) es difícil evaluar su transmisibilidad y su gravedad», dijo Mulliez.
La aparición de variantes es algo natural, ya que el virus muta con el tiempo.
Se han identificado más de 4 000 variantes del SARS-CoV-2 en todo el mundo, según el servicio de salud británico.