Desmanteladas en Valladolid dos fábricas ilegales de tabaco

Servimedia
La Policía Nacional y la Agencia Tributaria, en una operación conjunta, han desmantelado en Valladolid dos fábricas ilegales de tabaco, una de las cuales podía producir alrededor de 180.000 cajetillas al día.

Según informó este martes la Policía, en esta operación han sido detenidas nueve personas, ocho de ellos de nacionalidad ucraniana y uno búlgara. Este último, que ha ingresado en prisión, era el principal investigado y su seguimiento dio origen a la operación.

Las naves en las que se producía el tabaco ilegal estaban situadas en una nave industrial de la localidad de Fuensaldaña y otra en el polígono de San Cristóbal, en la capital vallisoletana. En las pesquisas se descubrió una tercera nave en Fuensaldaña, pero que no estaba en funcionamiento.

En los registros fueron intervenidos numerosos productos y maquinaria destinada a la actividad ilícita -máquinas trituradoras, mezcladoras, envasadoras y empaquetadoras, toros mecánicos y compresores, entre otros-, 35.000 euros en efectivo, 257.800 cajetillas de cigarrillos de una conocida marca y numerosa documentación.

ALERTA DE BULGARIA

La investigación comenzó en noviembre de 2020, cuando las autoridades de Bulgaria alertaron a los agentes de la inminente llegada a España de un ciudadano búlgaro con el objetivo de trabajar en una fábrica clandestina de tabaco. Gracias a esta información, se estableció un dispositivo que culminó con la localización de dicho individuo en una zona residencial próxima a la ciudad de Valladolid.

El pasado mes de enero, los investigadores localizaron dos naves industriales en Fuensaldaña y una tercera en el Polígono de San Cristóbal, todas ellas en la provincia de Valladolid. Asimismo, observaron que el investigado contactaba con otras personas y cómo los lugares mencionados eran frecuentemente visitados por éstas.

La nave de Fuensaldaña que estaba operativa ocultaba una fábrica que contenía toda la maquinaria necesaria para la producción completa de tabaco -desde la transformación de la hoja en picadura a granel hasta el empaquetado en la cajetilla y su posterior embalaje-, así como gran cantidad de productos para la elaboración de cigarrillos. El lugar también estaba acondicionada para el alojamiento completo de los trabajadores -disponiendo de aseos, cocina y camaretas de dormitorio- al objeto de evitar cualquier salida al exterior durante el tiempo que estuvieran en la fábrica.

La investigación ha constatado que la capacidad de producción de esta fábrica, dado que tenía la infraestructura necesaria para trabajar día y noche por dos turnos de trabajo, permitía producir alrededor de 180.000 cajetillas al día. Además, en las instalaciones del polígono San Cristóbal se elaboraba tabaco para consumir en las llamadas pipas de agua.

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