Aunque todo el mundo sigue celebrando el Año Nuevo el 1 de enero, pocos saben que, en sus inicios, el Año Nuevo se conmemoraba en el mes de marzo pero gracias al emperador Julio Cesar, el primer día del año pasó a ser el 1 de enero de cada año.
La razón fundamental de esta decisión es que en la antigua Roma, era en el undécimo mes (enero), cuando los cónsules asumían el nuevo gobierno. Por esta razón enero era el mes dedicado a dios Jano, el patriarca de las entradas y los nuevos comienzos.